1- Al descubierto

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26 de noviembre del 2013

Estar en preparativos de boda no era exactamente lo que mantenía relajada a una mujer, sobretodo, cuando tenías a tu madre encima diciéndote lo perfecta que tendría que ser tu boda, sin preguntarte al menos lo que querías tú, tomando en cuenta de que bueno, tu eras la novia.

- Son solo 200 invitados Novalee - replicó su progenitora con voz cansada -. No veo lo excesivo en ello si solo 100 son familiares.

La susodicha rodó los ojos y continuó bebiendo su café, con lo cansada que había llegado del trabajo, un tremendo dolor en los pies de los tacones de 15 centimetros que llevaba hoy, tener a su mama dandole lata era lo único que le faltaba para terminar ese dia tan pesado.

- Si sigues presionando terminaré por casarme por el civil - dijo y su madre puso expresión horrorizada con ojos bien abiertos - O talvez simplemente vaya a las vegas y ahí si creo que te da un infarto - sonrió con malicia y dio otro sorbo a su café, desde ese momento, su madre no dijo nada más al respecto, conociando a Novalee, si ella decia que la luna era de queso, así ordenaba que la pusieran.

Al irse Greta, su madre, ella se dispuso a tomar una ducha de agua caliente, al salir del baño, aun con la toalla se sentó en el sofá de su habitacion y metió los pies en lo que ella le llamaba "Jacuzzi de pies" dejó que las burbujas hicieran el masaje que si Dallas, su prometido, estuviese ahí con ella, deberia estarle dando.

Su móvil sonó y ver la inicial B. seguida del apellido Salvatore la llenó de regocijo por un momento y en ese instante, ella quiso meter la cabeza en el jacuzzi de pies para masajear sus pensamientos.

- Buenas tardes - saludó cortesmente.

- Señorita Bellamy, ¿como está? - preguntó. La voz rasposa y grave de Bruno siempre le ponía los pelos de punta, pero escucharla así, directo al oído causaba un efecto en partes que ella no quisiera mencionar mucho mas placentero.

Carraspeó - Estoy bien, ¿Necesitas algo?

- Llamaba para informarle que mi padre ha convocado una reunión con la dueña de Bellamy Publishing, osea usted, para final de mes ¿Está dispuesta a recibirlo?

El señor Quincy Salvatore era el hombre mas agradable y encantador que ella habia tenido la dicha de conocer, y si hoy quería hablar con ella de negocios no se iba a negar en lo absoluto.

- Claro - mantuvo voz neutra - ¿Sabes de qué se trata?

- No señorita Bellamy.

Novalee se imaginó la forma en que la lengua de Bruno se posaba sobre sus dientes casi perfectos cuando decia su apellido y sintió el estómago darle un vuelco.

- ¿Eso era todo? ¿No podía eso decírmelo Mallory o Skylar?

Él al verse al descubierto, se tomó su tiempo para pensar en algo - Mi padre quería que me encargara personalmente de que usted aceptara.

Ella arqueó una ceja - ¿Y como pretendía hacerme aceptar?

- Tengo mis métodos - dijo y ella notó el tono de su voz cambiar, aquello le hizo cosquillas en lugares que no debía sentirlas con la voz de Bruno, sino con la de Dallas, pero hacía tiempo que la voz aguda de su prometido no le causaba más que un pitido semipermanente en los oídos.

Hablando del rey de Roma. Un carraspeo a sus espaldas llamó su atención y se giró, hallando a Dallas con el traje gris lleno de lodo amarillo y el cabello desaliñado pegado a la frente.

- Hola amor - saludó él y se acercó a ella dejando un casto beso en su mejilla. Ella escuchó a Bruno reir por lo bajo y se preguntó qué era tan gracioso - ¿Con quién hablas?

Ella pulsó colgar en su pantalla y colocó el móvil a su lado, sintiéndose como si la hubiesen cachado en algo malo - Hablaba con Mallory - mintió y en se momento se odió, si tanto aborrecía las mentiras no debía mentir pero no sabía qué pensaría Dallas si notaba que su socio temporal la había llamado a su número personal y no al trabajo, al menos él sabía que ellla y Mallory habian sido amigas desde la infancia.

- Ok amor, iré a tomar una ducha - le dijo, se quitó la ropa y la dejó tirada en el suelo, luego desapareció por el baño. Nisiquiera la dejó preguntar que le había pasado a su ropa.

Ella se preguntó si debía intentar una vez mas que Dallas le hiciera el amor, en dos años de relación él no la había tocado y vamos, para una mujer tan activa como lo era Novalee, que un hombre te dijera que esperaría hasta el matrimonio, era un tanto torturoso.

Sacó los pies del jacuzzi y se los secó, con sigilo caminó hacia la puerta cerrada del baño, cuando giró el pomo se dio cuenta de que también estaba cerrada con llave. Suspiró cansada y se recargó sobre la puerta, un recordatorio hizo click en su mente y corrió en busca de su móvil. Lo tomó en la mano y al ver que no encendía maldijo tantas partidas de Candy Crush la habían dejado sin batería.

- ¡Dallas haré una llamada desde tu móvil ! - le gritó, no creyó que él la escuchase pero llamar a su padre era urgente. Tomó el IPhone de color blanco que aguardaba en el bolsillo del sucio traje, encendió la pantalla y notó que estaba bloqueada.

Bufó. De reojo, antes de volver a bloquear el móvil, vio un mensaje que se puso en la pantalla y decía "extraño" eso llamó su atención.

"José:

Hotel Gabbana, Manhattan, 8:00pm, YA TE EXTRAÑO"

El aire quedó atascado en sus pulmones al ver las últimas palabras, le resultaba inaudito que Dallas, aparentando ser tan correcto tuviera a una amante y que para colmo, la tuviera registrada con nombre de hombre.

Se grabó en los datos y rápidamente guardó el móvil en el bosillo del traje, cuando escuchó la llave de la ducha cerrarse.

Caminó a la cocina, respirando con dificultad y se apoyó de la loseta, el corazón empezó a latirle tan fuerte que pensó se desmayaría, tomó un vaso y lo llenó de agua en un intento fallido de calmarse.

Observó la hora, 7:15 de la noche, se sentó en la sala con un libro y esperó pacientemente a que Dallas saliera de la habitación.

- ¿Nena? - lo escuchó llamarla y asomó su cabeza con expresión impasible hacia él - Oh ahi estás - sonrió y caminó hacia ella, en ese momento pensó, que no había visto una sonrisa tal falsa como esa - Voy a salir.

Ella le sonrió cálida forzozamente - ¿A donde vas...amor?

- Iré con Eleanor - su estómago se hundió al ver como descaradamente le mentía, no habia razón para que hubiese guardado el número de su hermana como "José", se preguntó, cuantas veces la habia mirado a los ojos y le había mentido.

- Que te vaya bien - le dijo, él se acercó a ella y le dio un beso en los labios.

- Gracias.

Lo siguió con la mirada hacia la puerta hasta que la cerró detrás de sí, cuando lo hizo, Novalee literalmente corrió a su habitación a ponerse algo de ropa para salir a una misión.

Dallas la iba a pasar mal si era lo que ella estaba pensando.

Aquí  y Ahora (+18)Where stories live. Discover now