Capitulo 1: Esos ojos...

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Cierro el libro y me quito las gafas, las cuales dejo sin ninguna delicadeza sobre la mesa.

Froto mis ojos repetidamente, y luego apoyo mi rostro entre mis manos.

Por fin acabo de estudiar. Mañana tengo un largo y complicado examen de filosofía, para el cual llevo días y días estudiando.

Mi móvil vibra con un nuevo mensaje sobre el pequeño escritorio de madera, algo raro ya que apenas me escribo con alguien.

Abro el mensaje, y no me sorprende ver que la persona que lo ha enviado es Pali.

Hace ya más de dos años que no la veo, y que no contesto sus mensajes, pero ella sigue insistiendo y día tras día recibo un solo mensaje suyo, en el que puede poner cualquier cosa.

En el de hoy se puede leer:

"Esta mañana he ido al aeropuerto a acompañar a Mason. Se va de viaje. Al ver los aviones me acordé de ti. Me hubiese gustado que hubieras salido de uno de ellos, como me gustaría que contestaras mis mensajes alguna vez.

Aunque te hayas olvidado de mi, todavía me importas.

-Pali"

Los ojos se me llenan de lágrimas al leer el mensaje de mi amiga, y me siento terriblemente mal porque crea que me he olvidado de ella.

Pali es la única que a pesar de todo sigue ahí, aún si yo no la contesto. Las demás se cansaron de que las ignorara, pero ella sigue, con su mensaje de todos los días.

De cierta forma, a pesar de haberme tratado de alejar de ella, agradezco que no lo haya permitido.

En un impulso, cojo el pequeño aparato y escribo, para después darle a la tecla de enviar.

"¿Por qué sigues enviando mensajes?

-Madison"

"Uee, por fin contestas! Creo que voy a hacer una fiesta.
Bueno, te prometí que te hablaría todos los días.

-Pali"

"Pero siempre te he ignorado

-Madison"

"Bueno, por lo menos hoy ya has contestado. Es un pequeño avance

-Pali"

Suspiro mientras niego con la cabeza. Bloqueo el móvil y lo vuelvo a dejar sobre la mesa.

Recojo los apuntes y los libros para meterlos en mi vieja y desgastada mochila gris.

También ordeno un poco mi pequeña habitación, que es maldito desastre. Estoy llevando un montón de ropa sucia hacia la lavadora cuando el sonido del timbre me sobresalta, ya que no esperaba visita.

Dejo la ropa y camino lentamente hasta la puerta, avergonzandome a cada paso por llevar puesto un pijama blanco de ositos y llevar mi pelo corto recogido en un sucio y despeinado moño.

Abro y me encuentro con un chico rubio de ojos castaños que se me hace ligeramente conocido, pero no puedo recordar de qué.

-¿Puedo ayudarte en algo? -pregunto con voz fría y ligeramente cortante.

-Si, verás Madison... -empieza, pero dejo de escucharle cuando pronuncia mi nombre.

-¿Cómo sabes mi nombre? -pregunto confundida frunciendo el ceño.

-¿Me lo dijiste ayer en el ascensor? -dice/afirma en un tono confundido, provocando que le salga más como una pregunta.

-¿Yo? -digo, muy confundida. No recuerdo haberme encontrado a este chico ayer en el ascensor.

Cuando El Otoño LlegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora