Capítulo 40

55 5 4
                                    

Lena

Vuelvo a mi casa luego de dejar a Alex. Fue un día maravilloso.

Luego de estar una hora en la cueva, lo lleve a la pista de skate, en donde lo vi disfrutar de su pasatiempo favorito.
Me sorprendió en primera que haya estado vacía, y luego que los skaters del pueblo no se hayan acercado a reclamarle a Alex lo que era suyo. Seguramente se sorprendieron y decidieron respetar que el haya llegado primero por el talento que Alex tiene.

No exagero, es realmente bueno.

Pero mi tarde con Alex llego a su fin, y ahora, debo enfrentarme a Rafael. Debo hablar con él, tal como me lo dijo Alex.

Estaciono el cuadriciclo y entro a mi casa.
Blanca y Maya me saludan como los buenos perritos que son. Rafael está mirando el televisor y al verme entrar, baja el volumen y me mira serio.

-Hola. –le saludo tímidamente.
-¿Me vas a decir quién era ese chico? –espeta de manera seca y desinteresada.
-¿Ni siquiera un hola? Después de ocho meses, ¿Ni siquiera me dices hola? –espeto.
-¿Después de ocho meses te dignas a hablarme? –Cierro los ojos y suelto aire por mi boca.
-Solo cumplí con tu pedido. Además, ¿Por qué tendría que decirte con quien ando? Ni debe de interesarte. –Años atrás, decidimos con un pacto silencioso, no meternos en las elaciones de los demás.

-Me interesa. A pesar de todo sigo siendo tu hermano mayor.
-Pues déjame informarte que has estado haciendo muy mal tu trabajo. -Pensé que podría mantener una conversación de manera civilizada con él, pero veo que me equivoque.
-Todo el mundo tiene un límite. –Al menos estamos hablando y no gritando.
-Entonces respétalo y déjame en paz. –Avanzo por la cocina para dirigirme a mi habitación.
-Si no me dices quien es, se lo contare a nuestros padres. –me amenaza.
-¿Me amenazas como si tuviéramos cinco años?  -inquiero.
-Quien era ese chico. –Suspiro.
-Se llama Alex, es de Santa Fe, pero vive en Córdoba y es mi compañero de escuela. Me gusta, él quiere algo conmigo, pero le dije que iba a esperar. –le digo-. Aprovecho que yo veía para conocer una parte de su familia que no conocía. –miento.
-¿Eres consciente de que te fuiste hace poco más de un mes? –Enarca una ceja.
-Sí, ¿Y? –Imito su acción.
-Es muy pronto. No lo conoces bien. –Suelto una carcajada.
-¿Esta es la parte en la que debo obedecer ciegamente lo que me dices? –Digo en tono burlón-. Te informo amigo mío, que eso no pasara. Aparte, tú no sabes como soy con los chicos, mucho menos con Alex.
-Tú nunca te relacionas con los chicos.
-Pues te equivocas. Rafael, no soy una niña, se manejar las situaciones. Además, ¿Qué me puede pasar? No soy idiota. –hablo moviendo exageradamente la lengua.
-¿Y si se propasa contigo? ¿Y si te lastima? –Así que eran celos de hermano mayor.
-Si intenta propasarse, se arrepentirá el resto de su vida. –Ideas, que espero no tener que utilizar jamás con él, cruzan por mi loca cabecita-. Y si me lastima, jamás se enterara y yo seguiré con mi vida. –Hago un ademan teatral con mi mano.
-Yo no estaré ahí para asegurarme de que estas bien. –murmura.
-Existen los celulares. Al tuyo te lo regale yo. –Recuerdo lo incomodo que fuero los días después de que dejara la cajita con el celular que le compre en su cama.
-Lo sé. Avísame cualquier cosa.- Asiento con la cabeza y me doy vuelta, para ir a mi habitación.

Los brazos de mi hermano, si, de mi hermano, envuelven mi cuerpo. Me doy vuelta para corresponderle.
Luego de un rato, me empieza a hacer casquillas, a lo que yo me empiezo a reír y a mover mi cuerpo para separarme de él. Cuando lo logro, corro a mi habitación.

***


Alex

Estoy aburrido. Sin Lena no sé qué hacer. El hotel es aburrido y no sé qué hacer. Mejor la busco.
Me levanto de la cama matrimonial, me calzo las zapatillas y me pongo una remera blanca. Tomo mi billetera y saco un par de billetes que guardo en mi bolsillo izquierdo. Busco mi celular y lo guardo en el otro.

Salgo de mi habitación y me voy a la heladería, en la que Lena compro el helado ayer, y compro dos potes de un kilo. Uno de vainilla y otro de cookies.
Me dirijo hasta la casa de Lena. Dan las siete. Hace una hora se fueron sus padres, no habrá problema.

Llego hasta su casa, y sale el que creo que es su hermano.

Como lo SoñeWhere stories live. Discover now