Capitulo 1

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Lena
Abro los ojos y bostezo. Tengo un dolor de cuello terrible por culpa de la posición. Tardo unos segundos en darme cuenta donde estoy. Estoy en un colectivo (me recuerdo), camino a una nueva oportunidad de ser feliz.
Consulto la hora en mi smartphone, son las 2:34 de la madrugada del día viernes. Estoy a un Fin de Semana de empezar en mi nueva escuela, en una nueva pero conocidísima provincia; Córdoba, siempre amé esta provincia, y por fin podré vivir en ella.
Me costo convencer a mis padres, pero convencerlos no fue tan difícil como conseguir que abran un cupo en esta prestigiada escuela. Me esforze muchisimo para lograrlo. Estudie sin descanso para compensar lo que no me habían enseñado en mi patética escuela. Mis padres pagaron clases particulares para facilitar la tarea que yo misma me e impuesto. Y estoy orgullosa. Deje atrás la PATÉTICA vida que tuve que soportar durante casi 15 años.
Por mas triste y dura que haya sido mi vida en mi estupido pueblo, no puedo evitar la fea sensación de tristeza. Echare de menos 5 cosas: 1) A mis padres, que por mucho que trabajen para pagar mis 2) amadas clases de danzas folklóricas, siempre estuvieron ahí, igual que 3) su confianza (en mi y en la ciudad que tanto detesto) de dejarme andar y conocer todo lo que me rodea. También extrañare 4) lo poco que se gasta en vivir una ciudad tan pequeña, donde todo te queda 5) extremadamente cerca.
-Deberias bajar - una voz interrumpe la charla que tengo conmigo misma.
- No, gracias -  niego, aunque mis tripas rugen por el hambre. Estoy apunto de retirar mis palabras, pero soy lo suficientemente orgullosa para hacerlo.
- Como quieras - me comunica la odiosa señora Reyes, una anciana joven a la cual mis padres hablaron para que se asegure de que todo este bien (como si no supiera cuidarme sola) , con cara de desacuerdo.
Me reacomodo en mi asiento y miro por la ventanilla; el majestuoso cielo color azul petróleo cubierto de respandescientes estrellas brillantes, me da la serenidad que necesito para planear todo.
Mis pensamientos se organizan y empiezo por el primer tema a tratar: mi primer día en el 4° año del Colegio Nacional Montserrat. Me comunicaron (vía mail) que no habrá uniforme por una semana, ya que "....El centro de estudiantes propuso la libre eleccion del vestuario por el período de una semana para relacionar el centro educativo, con un lugar cómodo y familiar...", asi que empecé un debate de como debería presentarme, no solo en un nuevo curso, sino también, en una nueva sociedad, de la que nunca fui parte. Me decidí por un sencillo vestido de encaje negro con mangas, poco escote y falda hasta la rodilla, un cinturón fino color oro y unos preciosos zapatas de tacón bajo .
El segundo tema: Hacer lo imposible para mantener oculto mi paradero. No es que a muchos mueran por saberlo, ya que nunca tuve amigos, sino, que simplemente quiero separarme de esa horrible ciudad, a la que llame hogar durante 14 años y 10 meses.
Tercer tema: investigar horarios de cursos extracurriculares, me gustaría mucho tener mas actividades, así pasare mas tiempo ocupada y mas lejos de mi madre, que no dejara de agobiarme con preguntas.
Consulto otra vez la hora en mi smartphone, «3:56», ya han pasado casi 6 horas desde que subí a este colectivo (el segundo, desde que comencé a viajar. No entiendo porque cojones existe el «trasborde», en serio ¿para qué?) y 8 desde que empecé a alejarme de mi ya antigua vida.
Miro otra vez al cielo nocturno, y el cansancio me vence y mis parparpados comienzan a desfallecer. Dormire las tres horas y media que quedan, a si que saco el estuche de mi mochila y guardo mis gafas.

***

-¿Que tal el viaje? -me pregunta mi madre  a través del auricular de mi telefono, mientras me siento en mi cama.
-Bien, mamá-respondo cortante. Hace  casi doce horas que no hablamos, para mi madre, una eternidad; para mi, un respiro.
-Solo me preocupó por ti, Magdi.
-Mama, te dije que Magdalena era mi antiguo nombre. Dime Lena.
-No entiendo.
-¿Que no entiendes, madre? -Digo mas brusco de lo que pretendía. Me cruzo de piernas y ma apoyo en el cabecero de la cama.
-Todo. Que te vayas. Que no se lo dijieras a nadie, lo de tu nombre, no entiendo porque.
-Por que si, mama - me frustro. Me gustaría que lo aceptara y ya. La oigo suspirar.
-Esta bien. -suspira- ¿Que hice mal? -pregunta con un hilo de voz
-¿¡Que!? No mama, tu no hicistes nada malo. Solo... -pienso una respuesta que la tranquilice- necesito estudiar en una buena escuela...
-No me cierra. Pero si te hace feliz -pausa- Duerme Mag.... digo Lena -se corrige  rapidanente- debes de estar cansada por el viaje.
-Esta bien, mama. Te llamo mañana - corto la llamada.
Me levanto de la cama, voy hasta mi valija y la abro. Cojo la bolsa del baño (toalla, shampú, acondicionador, jabón, cepillo de dientes y de cabello, y crema) y saco mi pijama.
-Me daré una ducha Pau -Le digo a mi hermana, que ya se esta acostando en su cama.
-Esta bien. Eli se fue a la farmacia- me dice mientras se trenza el cabello.
-Esta bien. -Digo y entro al baño.
Me desvisto, y coloco  la ropa sucia en el cesto y entro a la ducha. El agua cae sobre mis hombros y me relaja. El agua siempre me relajo, claro, la de la ducha, siempre me ayudo a superar mis problemas. Estoy un largo rato bajo ella, cuando empiezo a lavarme el pelo y el cuerpo.

Como lo SoñeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora