E1: Hermanos (Familia Do)

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—Kyungieee...

—Ay, por favor, no de nuevo... —gimoteó KyungSoo.

El señor Do soltó un suspiro de resignación.

—Ryeowook, no molestes a tu hermano, por favor.

Kyungsoo sonrió victorioso.

—Papá me quiere y a tí, no—vocalizó en silencio, aprovechando que su padre estaba de espaldas y su hermano mayor frunció el ceño.

—Kyungsoo, tampoco lo provoques —musitó el hombre, probando la salsa roja. Recordó cómo es que ella intentaba cocinar y de lo mucho que se esmeraba en aprender en sus días libres de trabajo; pero a veces confundía la sal y el azúcar...

—¡Pero papá!

—¿Ya acabaste la tarea de matemáticas?

El chico de pelo rojizo gimió lleno de pesar, negando con la cabeza. ¡Es que simplemente no podía!

—Kyungie, Kyungie, no sabe restar... —empezó a burlarse su hermano mayor.

—Y tú aún duermes con el señor Cariñosito... —contraatacó el menor, en voz baja.

El padre de ambos chicos se rió un poco. Este tipo de peleas entre sus hijos eran tan típicas que simplemente solo quedaba ser testigo de la ternura del momento. Nunca se habían golpeado y en realidad, sabía que su hijo mayor solía provocar al menor.

—¡Ay! —se quejó el mayor.

—¿Ahora qué sucede? —también sabía que su hijo menor no era sumiso y sabía responder muy bien contra su mayor.

Kyungsoo le dedicó una mirada asesina a su hermano y Ryeowook tuvo un poquito de miedo. Solo un poco.

Porque Do Ryeowook no era cobarde, ¡no señor!

—N-nada —su voz tembló.

—Creo que ya acabé con esto —Kyungsoo apoyó la frente en su cuaderno, deseando que el suplicio terminase para comer.

Mientras la comida se enfriaba para la cena, el señor y sus hijos revisaron las tareas de la escuela. La familia Do era feliz y eso era lo más importante.

Lo cierto es que el señor Do solía pensar en ella.

Conocerla fue una de las situaciones más extrañas de su vida: Ella le cayó encima desde un árbol al intentar devolver a un pájaro a su nido. Era muy bella, alegre y desinteresada. Descubrió que tenía un talento natural para componer canciones, pero habría que decir todo lo contrario con sus habilidades culinarias. Y tras su muerte, el señor Do le había prometido no llorar y siempre se mostraba sonriente...

—Kyungie no sabe restar, no sabe restar~ —murmuró Ryeowook muy burlón.

El menor sentía que su ojo derecho empezaba a temblar.

Oh, y luego sonrió con inocencia... que daba miedo.

Vamos, ¡no era posible que la maldad existiese en un niño de 7 años con carita de ángel!

Y soltó la bomba inocentemente.

—Ryeowook tiene novia —dijo, y todos se quedaron mudos, mientras él comía muy a gusto—. Los vi tomados de la mano en la escuela.

—...

—...

—¿Novia? —musitó el señor Do, algo sorprendido.

Ryeowook, de 10 años, vio su vida pasar frente a sus ojos al ver la sonrisa de su hermanito.

—Tú, pequeño monstruo...

Y ese día, Ryeowook aprendió a no burlarse de su hermano menor y de lo complicado que le resultaban las matemáticas.

Pero todavía podía fastidiarlo por otras cosas... Como sus hombros estrechos, por ser enano, sus ojos gigantes, por ser enano, el extraño corazón que se formaba cuando sonreía, por ser enano... ¿Ya dijo por ser enano? Bueno, también por ser enano.

Se corre el rumor de que le gustas » KaiSooWhere stories live. Discover now