13. El árbol que da a la ventana

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El caos se había instalado en Busan ese día. A las 8:30 am en Daegu, sucede el mayor accidente de tráfico de tan concurrida ruta que había tenido la desgracia de presenciar en la última década. Debido a la lluvia y, lamentablemente, la imprudencia de algunos conductores, un auto colisionó con un bus por detrás, formando choques en cadena afectando al menos veinte vehículos, cinco buses y tres camiones.

La policía ni siquiera sabía por dónde partir. Había demasiado desorden, demasiado desastre, demasiadas víctimas. De inmediato comenzaron a determinar quiénes eran los más graves y los enviaron directamente a distintos hospitales de Daegu e Incheon. Sin embargo, el tráfico vehicular no ayudaba en nada. Al menos una fila de dos kilómetros de autos impedía el efectivo trabajo de las ambulancias, bomberos y trabajadores viales.

En pocas palabras, el infierno se había desatado y nadie sabía cómo pararlo.

Recién al mediodía el Hospital de Busan comenzó a recibir pacientes. No eran los más graves, pero no por eso eran menos importantes. Varios de ellos estaban conscientes de modo que pudieron dar sus datos y, así, contactar a sus familias.

Pero una buena cantidad de víctimas no recuperaba el conocimiento aún. Y los doctores no veían en un futuro cercano que la policía trajera la lista con los nombres de los heridos.

El señor Do debió de haber tenido un ángel de la guardia ese día. Pese a la gravedad del accidente, él solo sufrió cortes en sus brazos y un fuerte golpe en el pecho. Sin embargo, con todo el desorden que había en el hospital, le fue imposible a alguien del personal llamar a algún familiar para informar sobre su situación.

Recién a las 4 de la tarde pudieron contactar a Ryeowook. Como él estaba en Seúl, solo quedaba Kyungsoo disponible.

Cuando Kyungsoo pudo ver por fin a su padre, se largó a llorar en sus brazos. Quería ser fuerte, sí, pero el susto realmente lo había derribado.

—Tranquilo, hijo, todo va a estar bien —consoló a Kyungsoo.

—No sabes cuánto me asusté. ¿Qué haría sin ti? —el chico miró a su padre de pies a cabezas de nuevo, como si no pudiera creer que estuviera vivo—. ¡Y tus brazos! Deben doler demasiado los cortes.

—Duelen, pero pudo haber sido mucho peor.

—¿Tan grave fue el accidente? —preguntó curioso el chico.

—Fue realmente malo. El peor que he visto en años.

Kyungsoo no podía sentirse más agradecido. Su padre estaba relativamente bien y en una pieza. No podría ser más feliz.

Tuvieron que esperar en el hospital al menos una hora más. El señor Do esperaba los resultados de unos exámenes y, dependiendo de ellos, se sabría si debía pasar una noche en el hospital, o si podría irse a su casa.

—Kyungsoo, los chicos quieren hablar contigo —interrumpió Minseok.

—Iré a hablar afuera con mis amigos y después vuelvo, ¿sí? —dijo Kyungsoo a su padre, alejándose de su camilla.

—No te preocupes, no me moveré —bromeó el señor Do.

Todos los amigos de Kyungsoo estaban preocupados. Después de esa escena antes de irse del salón no sabían que pensar. Solo lo peor. Por lo que, cuando Kyungsoo les informó de lo que estaba pasando y la situación de su papá, todos estaban muy felices de que no haya habido ninguna fatalidad.

Está en todas las noticias lo del accidente, tu papá realmente tuvo mucha suerte—. Dijo Junmyeon por el altavoz.

—Lo sé. Ahora solo esperamos la autorización del doctor para ver si mi papá puede irse a la casa ahora mismo o no, pero ni se imaginan el caos acá. Hay muchos heridos.

Se corre el rumor de que le gustas » KaiSooNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ