Nieve y Fuego

Capítulo 8

Mi ojos se abren lentamente, aún no es la hora de despertar porque no ha sonado el radio que está en la mesita junto a mi cama, giro lentamente y el sueño se evapora instantáneamente, la veo dormida a mi lado, está con la ropa puesta y su cabello rubio casi blanco esparcido entre las almohadas, entonces recuerdo que tras envolvernos en la nueva rutina de besos ambas nos recostamos en la cama y entre pláticas triviales el sueño nos venció; se ve tan serena y dulce cuando duerme, sus facciones están cargadas de perfección.
Me termino de girar cuidadosamente y me dedico a observarla, quiero acariciar su rostro y besarla pero de pronto sus ojos están abiertos y me mira sin decir nada.
Nos quedamos dormidas- susurro para que sólo ella me escuche, como si tuviese temor de que alguien más nos oyera, y es absurdo porque en mi casa sólo estamos las dos.

Son azul verdoso- mi cara seguro le denota confusión porque sigue hablando- tus ojos... aunque hay veces que parecieran ser azules como el cielo y otros de un verde agua... ambos se mezclan

Mis ojos no tienen nada de especial... los tuyo si
Lleva su mano izquierda a mi mejilla derecha y la acaricia con sutileza
Tú eres especial Anna... desprendes una energía que da paz y seguridad

Si sigues diciendo esas cosas... me podría enamorar locamente de ti

Me calla con un beso tan suave que podría compararlo con el roce en los labios de un algodón de azúcar.

Tengo que irme- apenas le escuchó por lo bajó del tono en que lo dice, la veo alejarse repentinamente de mi y sentarse en el borde de la cama para colocarse sus zapatos.

¡Quédate Elsa!

Continuo en la misma posición y mis palabras han sonado a súplica, se gira y me ve con ternura.

Prometo hacerlo una noche de éstas- se me hace un nudo al imaginarla en mi cama toda una noche sólo para mí, ella sonríe porque piensa que he distorsionado sus palabras en algo más sexual que el hecho de dormir solamente.

Todo pasará a su tiempo mi pequeña Anna

Se vuelve hacia a mi y me besa fugazmente en los labios para luego levantarse y salir de la habitación, hago el intento por acompañarle a la salida pero desde las escaleras le escuchó decir que cerrará y que siga en la cama, estiró mi brazo al lado vacío que ha quedado y me quedó rendida ante el suave olor que ha impregnado en mis sábanas.

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Hoy es el gran día del desfile en H&M, todos corren de una lado a otro, las modelos están nerviosas y los estilistas gritan cosas de un extremo a otro de aquel camerino
¡Anna! ¡Anna!
La voz aguda de Aurora resuena entre tanto bullicio.
Estoy aquí- alzo mi mano para que pueda localizarme entre tantas personas moviéndose como locas-
¿Tienes todo preparado?
Sonrío ante su angustia, puedo comprender sus temores ante un evento que llevaba planificando desde un año antes y que en minutos vería materializado, todo un esfuerzo en conjunto de la firma y que tras ellos habían tantas personas a la espera de una gran resultado, y parte de eso recaía en mis hombros, como la fotógrafa de la temporada tenía la responsabilidad de reflejar lo hermoso de la línea de ropa y lo bien que lucía en las figuras femeninas de las modelos, y que podía trasladarse a cualquier mujer.
Aurora toda saldrá perfecto
¡Estoy de los nervios Ann!
Casi puedo notar aquella lágrima que asomó en uno de sus ojos y por acto reflejo la abrazo y beso su cien.

Lo haremos excelente Auris
Tony nos ve desde su puesto y aún con el cabello envuelto y las manos del maquillador encima, le da aquellas palabras de aliento.

Así como la abrace, así mismo se esfumó ante uno de los llamados, decido apartarme para relajarme y templar mi ánimo. Camino hasta un área apartada del lugar dispuesto para el lanzamiento y aspiro el aire frío que envuelve el exterior del recinto.