Capítulo 36: Entre llamas.

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-No sabía que te gustaba vivir entre heces de galaxia- escupió con una voz arrogante e intimidante. Todos retrocedieron ante tal ofensa y Redice estalló en carcajadas.

Aquello fue suficiente para colmar la paciencia de Koron, desató gran parte de su ki y se dirigió hacia el malvado ser con potente rapidez. Redice, con extrema confianza, colocó su antebrazo enfrente de él para bloquear cualquier paliza, pero antes que se diera cuenta recibió una atroz patada en la espalda por parte de la pelinegra.

La saiyajin aterrizó firme mientras que el alienígeno realizó una maniobra con sus piernas y cola para no caer de espaldas contra el árido suelo. Ambos dieron la vuelta encarándose y demostrando su odio mutuo a través del cruce de sus miradas, los diabólicos ojos rojos contra los templados ojos ámbares.

Redice se sobó suavemente la espalda con su mano izquierda, no parecía que aquel golpe lo había afectado mucho pero si lo hizo enfadar, no por semejante rapidez sino porque él no lo había percibido adecuadamente.

-Mal manera de saludar, diminuta- gruñó borrando aquella sonrisa perversa que pintaba su rostro cambiándola por una expresión llena de cólera y rencor acumulado. Esta vez fue Koron quien obtuvo esa sonrisa.

-Koron...- murmuró el padre de la nombrada con un tono de preocupación, mas bien, de temor. La terrícola se giró para observarlo y con sólo ver aquella expresión supo que algo no muy bueno estaba por suceder.

Los contrincantes desaparecieron en un parpadeo, nadie ni siquiera los cómplices de Redice se dieron cuenta que se habían trasportado más arriba a increíble velocidad hasta que chocaron con un ataque muto con el antebrazo. Nadie los captó, nadie excepto Mirai.

Ella frunció el ceño al percibir semejante rapidez, no se trataba que ella pudiera seguir sus movimientos antes de otro choque, era porque sabía exactamente en donde iban a impactar. Lograba divisar cada movimiento de individuo intentando golpear a Koron, por lo contrario, ella sólo lo esquivaba ya que ni siquiera era necesario bloquearlos. Pero Mirai sabía perfectamente que ninguno estaba usando una gran cantidad de poder, parecía ser sólo un juego para ambos.

Generaban molestos temblores en el ambiente al momento que impactaban el uno con el otro consecutivamente, simplemente parecía una coordinada coreografía. Los golpes se volvían más atroces unos tras otro demostrando la ferocidad entre los oponentes.

Finalmente detuvieron su inmensa velocidad al momento que Koron recibió una tremenda golpiza en la mejilla izquierda alejándose lo suficiente para recuperar la compostura y mantenerse quieta en el aire. Realmente no le dolió y eso la impactó, hace casi un año atrás en la última pelea que había tenido con Redice un golpe como ese la mandaría al suelo de inmediato. Sonrió orgullosamente mientras pasaba el dorso de su mano por el rostro.

-Lamento decirte esto Redice pero ese golpe sólo me causó cosquillas.

-Pareces estar muy confiaba maldita inepta- respondió con la misma sonrisa que llevaba la saiyajin -Pero tanto tú como yo sabemos que esto no fue ni siquiera un miserable entrenamiento.

-Eso es porque no utilizas todo tu poder...- asignó crujiendo los dedos colocándose de nuevo en posición de pelea -O es porque no tienes nada mejor que dar...

Redice se descolocó por aquel atrevido comentario, observó uno segundos a la pequeña antes de estallar en carcajadas que atemorizó a la mayoría de los presentes. Con una pequeña señal con su mano derecha llamó a su ejército y luego apuntó directamente a sus adversarios.

-Ataquen...- murmuró sin sentimiento ni significado entre sus palabras, sólo dio la orden y la gran manada de cientos de soldados se abalanzaron en contra de los defensores.

¿Existen los finales felices? -DBZ Fanfiction-Where stories live. Discover now