Capítulo 8: Sumisión

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Antes que nada quiero disculparme por no haber actualizado ayer, lo que paso es que cumpli años y pues mis padres me hicieron fiesta y no me dio tiempo de subir nada..xDD por cierto el capi de hoy esta dedicado 

A: Sakura-niichan espero y te guste ahora si a leerrr...xDD 

Pov Marcos

Me quede en la azotea no tenía ánimos de ver clase, todo por culpa de Sam y Diego, el primero porque me preocupaba y el segundo por el estúpido trato que le había ofrecido, tal vez no aceptará pero si lo hace, acaso podría responder como era debido.

- Mierda estoy acabado - me dije mientras pasaba las manos por mi desordenado cabellos, cerré los ojos tratando de olvidarme de todo, tal vez no pensar en ello era lo mejor.

Abrí los ojos casando, el cielo estaba cubierto de un tono anaranjado amarillento señal de que el sol se estaba ocultando, me levante dispuesto a irme pero antes de salir Diego entró.

- Sabía que estarías aquí - murmuró con una sonrisa, bufé fastidiado mientras me recostaba a la pared en una pose chula.

- Y para que me buscas- dije seco sin despegar mi mirada de la suya, este se molestó un poco con mi actitud aun así me encaró.

- He pensado en tu propuesta - murmuró lo que hizo que mi cuerpo se tensara no pensé tener está conversación tan rápido, y la verdad no estaba preparado.

- Unnnn que bien podemos de hablar esto mañana - sonó como si tratara de huir pero no me importaba, ya que tenía una idea de lo que Diego quería.

- Acepto - murmuró dejándome acorralado contra la pared, no sabía que decir y mucho menos que hacer - no te echaras para atrás o si - dijo con voz ronca, acercando su rostro al mío.

- Yo lo propuse por lo tanto me hare responsable- dije nervioso por su cercanía, evite mirarlo sabiendo que ahora estaba completamente a su merced.

- Entonces creo que es momento de comprobar si vas a cumplir con tu palabra - gruñó relamiéndose los labios, temblé ligeramente queriéndome fundirme contra la pared.

- Que quieres que haga - dije con la voz ronca, mientras apretaba con fuerza mis manos, este se alejó de mí mientras sonreía con malicia.

- ponte de rodillas - me ordenó y estuve tentado a negarme, sino fuera por la mirada que me hecho, tragando me mi orgullo obedecí sintiendo como el calor se apoderaba de mis mejillas por la humillante situación.

- Te odio - fue lo único que dije cuando me encontré de rodillos frente a él, Diego sonrió y dando un paso hacia adelante termine con mi rostro muy cerca de su entrepierna.

- Quiero que me la mames - me dijo y no pude evitar hacer rechinar con fuerza mis dientes, no podía no quería si quiera imaginar hacer algo como eso.

- No...- Me negué con los ojos muy abiertos, este me tomo de mis cabellos y me alzó la mirada, sus ojos chocaron con los míos furioso por mi respuesta.
- dijiste que me obedecerías a todo Marcos, acaso no eres un hombre de palabra...- murmuró lo que me hizo volver a dirigir mi mirada a su paquete, con mi mano toque su miembro por encima del pantalón mientras cerraba con fuerza mis ojos.

No quería ver lo que estaba haciendo, aun así podía sentir como con cada movimiento que daba mi mano sobre su pantalón, su miembro reaccionaba, temblé y mordí mi labio con fuerza, ya que a mi miembro le parecía gustar tan humillante situación.

- Vamos Marcos bájame el pantalón - susurro con voz ronca, mientras con su mano acariciaba mis cabellos, no quería esto era demasiado para mí, aun así baje el cierre de su pantalón y lo desabotone.

Mire con vergüenza su boxers negros ajustados, donde se notaba la forma de su grande y grueso miembro trague saliva con las mejillas más rojas que nunca, lo volví a acariciar Diego me miraba molesto e insatisfecho.

- Acaso debo ordenarte todo, Marcos bájame el boxers y empieza a usar tu boca - gruñó mientras jalaba con fuerza de mis cabellos acercándome con más fuerza a su intimidad, ahogue un grito de dolor y con molestia le baje el boxers dando paso a ese enorme pedazo de carne.

Lo tome nervioso sintiendo como las gruesas venas se marcaban y como este crecía en mis manos, acerque mi rostro sacando mi lengua rosando con ella la punta de su miembro.

- No puedo - dije avergonzado nunca había hecho esto normalmente era a mi quien me lo hacían no yo a ellos, mire como Diego gruñía y aun que me costaba admitirlo sentí miedo de lo que me haria si no continuaba.

- Más te vale abrir la boca Marcos si no quieres que te parta en dos ahora mismo, no me dejarás con las ganas no te lo permitiré, tú me conoces lo suficiente para saber de lo que soy capaz - Rugió mientras sus ojos adquirían una mirada animal, nervioso más que nunca tome de nuevo su miembro cerrando los ojos, lo volví a lamer esta vez desde la punta hasta el final del tronco.

Abrí mi boca tratando de meter su grueso miembro en mi boca, todo con lentitud no quería lastimar lo, aún que la verdad era que no quería tenerlo mucho tiempo dentro, me daba terror que se corriera dentro y me marcará nuevamente suyo.

Diego comenzó a follarme la boca mientras yo luchaba por no vomitar de asquerosidad, aunque no me entendía a pesar de la situación mi cuerpo se sentía caliente y deseaba que él me tocará.

Luego de unos intensos minutos por fin sucedió lo que temí Diego se corrió en mi boca sin consideración, me obligó a tragarme su esencia mientras se alejaba, escupí lo que pude mientras el imbécil se arreglaba, me sentía como su maldita puta pero no podía negarme yo mismo me había echado la soga al cuello.

- Debo decir que eso me encantó, vez como si nos podemos llevar bien - Mascullo mientras yo lo miraba asesina mente, trate de alejarme pero este no lo permitió me levanto y me tomo de las caderas dándome un apasionado y demandante beso en los labios.

- Eres un maldito - gruñí sintiéndome extraño y avergonzado, esto le causó gracias mientras me acariciaba de manera posesiva.

- No me hagas enojar sabes que ahora estas totalmente a mi merced y no queras hacerme enojar verdad- dijo con una sonrisa seductora y sádica, no le respondí sabía que tenía razón- bien prepararé hoy pienso llevarte para que veas la casa que he comprado para que compartamos los tres - cambio de tema mientras abría la puerta.

- Nada mas eso- dije a la defensiva mientras elevaba una ceja, no me había gustado el tono en que lo dijo.

- Por supuesto que no, la noche aún es joven y yo quiero aprovechar la, además así podemos probar que la cama aguante a los tres - dijo como si nada, no lo pude evitar, me sonroje y por un instante quise correr, pero no podía yo había propuesto el maldito trato y ahora me tocaba cumplirlo. 

gracias por leer esperoo y les gustara me despido voy a volver actualizarr... otra historia... chao...xDD  


Dos para unoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora