Capítulo 7: Hagamos un trato.

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hola se preguntaran porque actualice rápido pues bien esto se debe a que este capitulo esta dedicado a una personita que me dio una idea inconscientemente de como continuarlo y de paso por que tenia alguito de tiempo aun que ADVIERTO es corto. 


este capi esta dedicado A: AnaMariaValdez9 Gracias por el apoyo enserio.. aqui el capi..xDD 


Pov. Marcos

Salí algo avergonzado del salón de Sam, me preocupaba un poco las palabras que Diego había dicho, yo podía soportar cada uno de sus absurdos y sádicos castigos aunque solo había sufrido uno, pero y ¿Sam? Él también podría soportarlo, no lo creo.

Camine más rápido solo con un único pensamiento, alcanzar a Diego, doble en una esquina y pude ver su ancha espalda, apresurando el paso lo tome del hombro haciendo que este se volteara, elevó una ceja y puso una poso como de "que quieres", no le di importancia lo tome de la mano y lo arrastre a la azotea, ya que sabía que esta estaría completamente sola.

- Bien para que me has traído aquí, acaso tienes deseos de otra follada mañanera- dijo con una ceja alzada, lo que me molesto.

- Por supuesto que NO, quiero hablar contigo referente a Sam- susurre lo que hizo que este doblara sus brazos y se recostara contra la pared.

- Te escucho- respondió con vos ronca mirándome intensamente, sentí como me recorría el cuerpo pero hacia todo lo posible por mantenerme en calma y con el objetivó siempre en mente.

- Quiero ser el primero que se la meta a Sam y también pienso que le deberías perdonarlo por lo que hizo hoy, tu sabes muy bien que la culpa la tienes tu por tus estúpidos celos de alfa mandón- gruño tratando de no tartamudear.

- Umm.. no nadie lo obligo a hacerlo además alguien tiene que pagar por lo que hizo- dijo dando por terminada la conversación.

- Yo me are responsable- dije antes de que abriera la puerta para irse, se detuvo se giró y alzo la ceja, me miro intensamente mientras me agarraba de la cintura.

- Que crees que haces- dije con un tic en la frente al sentir su mano acariciarme, maldito perro idiota.

- Y como lo harás- me pregunto mientras me miraba a los ojos, controle a mi lobo interior que gruñía por la posición.

- Me dejaré hacer, prometo no quejarme ni golpearte, ni decirle a Sam y nadie lo que me hagas a cambio no puedes violar ni ser muy rudo con Sam- masculle lo que lo hizo sonreír.

- Así que ese sería el trato- susurro mientras su mano bajaba hacia mi trasero, aun me dolía su interrupción de esta mañana y si me la volvía a meter mínimo me dejaba paralitico.

- Pero hasta que no digas sí o no, no puedes tocarme- dije algo enojado mientras me movía brusco, lo que hizo que uno de sus largos dedos rozara mi entrada, me quede inmóvil esto no era lo que yo tenía en mente.

- Pero debes ser muy sumiso Marcos- me respondió mientras con su dedo acariciaba mi entrada, su pierna se posiciono entre las mías acariciando de vez en cuando con ella mi entrepierna.

- Grr- gruño mi lobo que amenazaba con salir, este me miro con los ojos rasgados del suyo, que causo que bajara la cabeza, mierda esto no está saliendo también como creía.

- Acaso me desafías- susurro a mi oído mientras lamia y dejaba pequeños mordisco a mi cuello, mordí mi labio ahogando un pequeño gemido, maldición acaso me gustaba que este bruto me tocara.

- No- susurro con voz débil tratando de aguantar mis instintos asesinos, hacia el mayor.

- Umm... que debería hacer- dice haciéndose el inocente mientras apretujaba más mi cuerpo con el suyo.

- Solo dime de una maldita vez aceptas o no- gruñí lo que hizo que este sonriera con burla se acercó a mi rostro y me beso los labios con intensidad, quise apartarlo pero hacerlo sería como echar a la borda el trato.

- Lo pensare- dijo el hijo de perra mientras se separaba y reiteraba su superioridad, quise atacarlo por la espalda pero la idea hacia que me quedara sin aires- aunque si te vuelves más sumiso solo debo preocuparme de cómo hacer que Sam acepte- dijo con una sonrisa arrogante mientras acariciaba mi mejilla, este salió de la azotea dejándome solo no aguante más y golpeé el piso con fuerza, era un maldito idiota y lo peor es que me empezaba a gustar que me tocara de esa manera.

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Dos para unoWhere stories live. Discover now