Capítulo 2: Escape frustrado.

13.5K 1K 150
                                    

El de la imagen Marcos

Mi día no podía ir peor, luego de lo sucedido en la cafetería Daniel fue llevado a enfermería, mientras yo sufría un examen sorpresa del maldito profesor de física, hay que dejar en claro que lo reprobé, las últimas clases pasaron demasiado rápido y cuando sonó el timbre no dude en correr a la enfermería en busca de ayuda.

- Daniel amigo no me dejes morir- dije desesperado, mientras lo abrazaba y temblaba como una hoja.

- Lo siento amigo pero yo ni loco me le vuelvo a enfrentar, mira me como me dejo solo Diego si los dos se unen, soy hombre muerto- me dice como un cobarde.

- O vamos sabes muy bien lo que ellos me pueden hacer- murmure sabiendo que era casi imposible convencerlos de que me dejen en paz.

- Follarte es lo máximo así que relájate- dice como si hablara del clima, maldito traidor bastardo como puede hacerle esto a su mejor amigo.

- Pero yo no quiero- dije con ojos de cachorrito triste, esperanzado de que mi mejor amigo se apiadara de mí.

- Y porque no te escondes y ya- dice de lo más light, haciendo que un sentimiento de inquietud se instale en mi pecho.

- Tienes razón lo voy a hacer- luego de decir aquello corrí con todas mis fuerzas a la salida, me dé tuve y con sigilo mire a todas partes, solo habían algunos alumnos caminando. No había rastro de Diego ni de Marcos.

- Por favor no se resista y acompáñenos- dijo una voz gruesa detrás de mí me gire lentamente sintiendo como mi corazón iba a explotar, ahí frente a mí se encontraba el grupo de brabucones, amigos de Diego.

- Yo lo siento, pero ya me tengo que ir- dije nervioso mientras retrocedía chocando contra un fuerte pecho plano.

- Ni intentes huir Marcos, nos ha dado la orden de llevarte al tejado- dijo otra voz gruesa y esta vez era el grupito estúpidos de populares que seguían a Marcos.

- He miren lo que pasa es que Diego y Marcos están confundidos mejor déjemelos solo y cada quien por su lado- murmure mientras me disponía acorrer todo lo que mis frágiles piernas podían.

- Claro que NO- dijeron los dos grupos mientras me agarraban y sin ningún esfuerzo me llevaban a la azotea.

- Déjenme- gritaba mientras hacia lo imposible por liberarme, subieron las escales y abrieron las puertas, ahí frente a frente se encontraban Diego y Marcos que me veían con enojo.

- Tratando de escapar pequeño- hablo Diego mientras se relamía los labios, los mire con horror, más cuando los idiotas me soltaron y me dejaron solo con esos dos.

- Yo.. ejem yo tengo tarea que debo hacer así que adiós- dije mientras trataba de abrir la puerta mas esta estaba cerrado- nos quedamos encerrados- dije con sumo miedo mientras los miraba.

- No se tu pero yo tengo mi llave aquí- dijo Marcos mirándome con una sonrisa burlona, mientras hacia énfasis en la pequeña llave de plata que sostenía en sus manos.

- Dámela me quiero ir- susurre algo frustrado, los dos se vieron a los ojos mientras negaban ante mi comportamiento.

- Tú te iras de aquí cuando a nosotros nos dé la gana- hablo con voz ronca Diego mientras me acorralaba contra la puerta, mi única fuente de escape me fue bloqueada cuando Marcos se pegó a mi lado izquierdo, quedando encerrado entre esos dos cuerpos.

- Escuchen esto es algo estúpido que tal si cada quien sigue su camino y todos felices- dije tratando de controlar a mi lobo que comenzaba a gruñir, pidiendo tocar esos dos cuerpos.

- En verdad es lo que quieres- dice Marcos lamiendo el lóbulo de mi oreja Izquierdo, mientras su mano rosa mi entrepierna.

- Yo creo que disfrutas tenernos así- masculla Diego mordiéndome mi oreja derecha, apegando su cuerpo al mío.

- No me toquen- tartamudee avergonzado al sentir sus manos elevar mi camisa y acariciar mi piel- por favor paren- casi rogué mientras mis mejillas se sonrojaban y las lágrimas amenazaba con salir.

- Tranquilo pequeño solo déjate- mascullo y me beso, me sentía tan débil que me avergonzó desde cuando yo era sumiso, lo mordí y le pise el pie con fuerzas a Marcos, los dos se sorprendieron lo cual aproveché para alejarme.

- No sé lo que les pasa por la mente pero a mi ninguno de los dos pedazos de idiotas orangutanes me tocan, aquí yo hago lo que quiera y no pienso ser sus parejas, no los quiero no los considero compatibles conmigo, incluso no sé porque son llamados alfas deberían ser SUMISOS ya que son tan IMBECILES que no pueden distinguir mis palabras aun cuando se las dijera como niños chiquitos, Y NIS SE LOS OCURRA VOLVER A TRATAR DE METERME MANO ENTENDIERON- exploto mi lado indomable ese que me hacía quien soy, ese que demostraba que yo podía ser un alfa.

- Creo que esto se pondrá interesante- dijo Diego mientras sus ojos se volvían peligrosos y sus colmillos crecían, se quitó la camisa dejando al descubierto su pecho plano.

- Se supone que habíamos venido a descubrir porque eres nuestra pareja, pero veo que tendremos que enseñarte primero lo que es RESPETO y conocer quiénes son tus DUEÑOS- dijo enseñándome sus colmillos- márquemelos así no importa que tanto se resista será nuestro- murmuro Diego mientras me tumbaba contra el frio suelo.

- Esperan que piensan hacer- dije atemorizado ya se me había ido la valentía- no me irán a violar verdad- dije asustado tratando de alejarlo.

- No nos mires así tu eres el que nos está provocando- mascullo molesto Diego enseñándome sus filosos dientes.

- Vale hagamos un trato- digo dispuesto a calmar los ánimos- pues yo te lo are a ti- gruño Marcos- vente a vivir con nosotros en mi departamento, y a cambio no te rompemos el culo en dos en este momento, que eliges- mascullo enseñándome sus dientes.

- Mi madre ella..- sentí la presión del aliento de Diego en mi cuello, mierda ahora sí que estaba en problemas que podía hacer, o aceptaba o me violan, aunque tal vez solo estoy retrasando lo inevitable.


Dos para unoWhere stories live. Discover now