XXIII

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Razón número seis por la que no deberías irte: Hay miles de cosas que quiero decirte y solo lo podré hacer si no te marchas. Por favor Sky, quédate.

Si tan solo estuviera en su mano, si tan solo tuviera un lugar donde quedarse o dinero con el que subsistir podría hacerlo, sin embargo no había ninguna oportunidad de hacerlo.

Sky se echó a llorar mientras se reprochaba el haber soltado una lagrima ya dos veces en el lugar que más sonrisas le había sacado. Una gota calló sobre la nota y Sky la dejó sobre la mesa para no emborronarla más.

Se levantó con los ojos empañados y fue en dirección a la puerta con la cabeza gacha. Unas manos le frenaron cuando esta estaba a punto de girar el pomo.

—No quiero verte llorar más, Sky —El chico pasó sus dedos por el rostro mojado de la chica intentando secar las lágrimas que cada vez salían con más fuerza.

Se escuchó la bocina de un coche y Sky salió corriendo en busca de su madre, que la esperaba fuera. Sky atravesó el lugar empapándose de agua a consecuencia de la lluvia y agradeció enormemente el no tener que darle explicaciones a su madre del por qué estaba llorando, ella no lo entendería.

El coche arrancó y Sky vio como el café 13 desparecía poco a poco. Se llevó las manos a las mejillas recordando el tacto del chico y recordando lo que le había dicho. Su nombre en la boca de él era lo más bonito que había escuchado nunca.


13.Where stories live. Discover now