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Sky dejó su bolso en la silla junto a la suya y se echó su larga y espesa melena negra a la espalda. Siempre hacía lo mismo cuando llegaba; se sentaba y agachaba la mirada esperando a que alguien viniera y la atendiera mientras acariciaba con sus finos y largos dedos el libro que llevaba consigo.

Bash se sentaba unas mesas a su izquierda, lo bastante lejos como para admirarla sin que ella se diese cuenta. Los primeros días que se encontraron fueron coincidencia pero la presencia de aquella chica sin nombre en la vida de Bash se había convertido en necesaria.

Bash pidió lo mismo que siempre y dejó su bufanda y su móvil en la mesa. Aquel día la chica de pelo negro y rostro pálido había llegado antes y se había sentado en el mismo lugar de siempre, alejada del resto, invisible para todos excepto para él.

Cuando el camarero se alejó, la chica se llevó las manos al interior de su chaqueta y sacó de su bolsillo izquierdo unos auriculares de color negro, como sus ojos. Bash solo quería sentarse junto a ella y escuchar lo que fuese que estuviese escuchando.


13.Where stories live. Discover now