Pelo castaño y ojos verdes como el mar y la selva mismos. Ahí estaba. Esa vez en la barra hablando con el camarero. Sky sintió una felicidad que nunca antes había experimentado, se alegraba por la vuelta de algo que nunca había sido suyo. Ni siquiera había hablado con él y, sin embargo, ahí estaba, en la puerta de la cafetería con el corazón rebosando de alegría y una sonrisa que no pudo ocultar.
Los ojos del chico se encontraron con los de ella y Sky no fue capaz de apartarlos. Se quedaron inmóviles, él con el café y el móvil en la mano, ella, con su libreta contra el pecho y una cartera que pesaba más que ella.
—¡Hola Sky! —Gritó la chica de detrás de la barra. Sky no sabía si estarle agradecida o ir y pegarle, el chico apartó la mirada sonrojado y Sky pudo leer el nombre que ponía en su vaso: Bash. Se asombró de lo fácilmente que había asociado ese nombre a él, como si siempre lo hubiese sabido. Como si hubiese estado predestinada a hacerlo.
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13.
Short StoryCuando alguien pronuncia las palabras ''mala suerte'' la gente suele pensar en gatos negros cruzando aceras, cristales rompiéndose, paraguas abriéndose y, como no, en el famoso número 13. Pero ni Bash ni Sky se encuentran entre esa gente y es que cu...