13.

XVII

Cuando Sky entró en el café y vio al chico de ojos verdes tras la barra no pudo más que sorprenderse. Aquel día solo pretendía sentarse en su lugar de siempre, tomarse un café, escuchar música y leer mientras observaba los rasgos del chico, porque estaba tan deprimida que no sería capaz de escribir algo sobre él. Ella escribía siempre, estuviese feliz, triste, nostálgica, de cualquier forma transformaba los pensamientos en palabras pero cada vez que se imaginaba que esa sería una de las últimas veces que podría escribir teniéndolo frente a ella hacía que no se sintiese capaz de coger boli y papel.

Se sentó con delicadeza en su sitio y esperó a que alguien le atendiera, deseando y a la vez rezando para que no fuese el chico del café, porque se veía incapaz de mirarle a los ojos sin sonrojarse.

Pero no le hizo falta pedir nada. Porque el chico del 13 ya había dejado su café solo en la mesa junto a una nota.