Se había tropezado con él. Era tan torpe. Ese día había entrado con tanta prisa que no se había fijado en el cuerpo que había nada más entrar en el café. Tenía que ser él, no había otra persona que me avergonzase más, pensó Sky.
—Perdón —Dijo él. Era la primera vez que lo escuchaba hablar. Su voz era dulce y familiar, Sky sentía que no era ni por asomo la primera vez que la escuchaba.
Agachó la cabeza y salió disparada al sitio de siempre con sus mejillas tornándose de un color carmesí. Era tan torpe.
Verdes. Sus ojos son verdes, como si el mar y el paisaje más verde del mundo se fundiesen creando los ojos más bonitos que Sky había visto en su vida.
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13.
Short StoryCuando alguien pronuncia las palabras ''mala suerte'' la gente suele pensar en gatos negros cruzando aceras, cristales rompiéndose, paraguas abriéndose y, como no, en el famoso número 13. Pero ni Bash ni Sky se encuentran entre esa gente y es que cu...