Capitulo 41

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Él se levantó y se puso su camisa y todo lo que le traje. Yo mientras tocaba los acordes de algunas canciones que me gustaban como You and Me de Life house, One and Only de Adele, no canté pero sí las estuve tocando.

Salimos y fuimos al camarote de mi padre para invitarlo a desayunar a él y a mi hermano. Al llegar mi hermano fue quien me saludó.

- Hola -dijo con una gran sonrisa.
- ¿Cómo sigues? -pregunté.
- Excelente -dijo, nos dejó pasar. Mi padre estaba abotonándose una camisa cuando salió a recibirnos.
- Hola señor Flynn -saludó James. Mi padre se acercó a estrechar su mano.
- Hola James -le sonrió.
- Papá -dije y lo abracé, él me sostuvo en sus brazos y luego lo miré poniendo mis ojos más suplicantes posibles- Lo siento, por lo de la señora Casey...
- Tranquila hija, yo debí decirte antes y...
- No... -dije cerrando su boca- James me hizo ver la importancia de tu felicidad, lamento haberme puesto necia.
- Gracias hija, por entender -dijo y me dio un beso en la frente- Gracias James.
- De nada señor -dijo y metió las manos a sus bolsillos- Yo... le iba a preguntar algo -dijo él, yo me hice a un lado.
- Claro dime -dijo mi padre expectante.
- Me preguntaba si me permitiría salir de novio con su hija... es que...
- Tranquilo James, no soy tan protector con ______ como con Helena, sé que esta chica se cuida sola... claro que puedes salir con ella -dijo mi padre con una sonrisa.
- Gracias -dijo James y yo lo abracé- Estamos por ir a desayunar, nos gustaría que nos acompañaran usted y Ed.

El aludido se levantó del sillón y se acercó a nosotros.

- Yo sí voy -dijo gustoso.
- ¿No será incómodo llevar a un viejo con tanto joven allí? -preguntó mi padre.
- No, señor. Será un honor tenerlo con nosotros.
- Válgame, qué chico tan educado te conseguiste -dijo mi padre mirándome. Yo me sonrojé- De acuerdo.

Salimos juntos de allí y en espera del elevador nos encontramos con Kendall y Helena. Iban tomados de la mano. Los saludamos y bajamos con ellos al salón mayor. Pasamos por diversos restaurantes y luego llegamos a uno que parecía ser muy elegante. Allí estaban Carlos, Dustin, Alexa, Izzy y Logan. Nosotros entramos y nos sentamos con ellos.

- Buenos días -dijo mi padre.
- Buenos días señor Flynn -saludaron todos. Luego hubo un silencio medio incómodo. Yo estaba sentada entre mi padre y James.
- Te dije que era una mala idea que me invitaras -dijo mi padre cerca de mi oído- no hablan de nada porque aquí estoy.
- ¿Señor cómo ve la relación entre su hija y James? -preguntó Kendall. Mi papá se sorprendió de que se dirigieran a él directamente.
- Bueno... lo que sea es bueno con tal de que no sea Jack -dijo mi padre.
- ¿Soy lo que sea? -dijo James medio ofendido. Puso cara de chipil y luego bajó la mirada.
- Es que... -mi padre se sonrió- hijo, necesitas demostrarme que de verdad vales la pena.
- Lo valgo -dijo sonriente, casi vi como sacó el pecho.
- Bueno, ¿qué tal me ve a mí señor Flynn? - preguntó Kendall.
- Mantienes a mi pequeña sonriente, tú sí me convences... -le dijo sonriente.
- ¡Soy mejor que tú! -se burló Kendall como todo un niño.
- Es que nunca ha pasado el día contigo, te aseguro que si pasara un día completo contigo te pediría que dejaras amablemente a su hija -dijo Dustin.
- Pues entonces sí me odiaría porque no dejaría nunca a su hija -dijo Kendall muy convencido.
- ¿Te hago feliz? -me preguntó mi novio al oído.
- Por supuesto que sí -dije dándole un pico en los labios.
- Decidido... -dijo James feliz- señor, yo no tengo nada que probarle a usted. Lo único que tengo que hacer, es mantener a su hija feliz, quererla, tratarla y amarla como se debe.

Todos nos quedamos callados, yo me sonrojé y luego una sonrisilla nerviosa se me escapó.

- Eso es lo que yo quería escuchar -dijo mi padre.

Pedimos todo lo que desayunaríamos y la verdad es que después de esa escena, todos comenzamos a hablar y a reír de muchas cosas, anécdotas de los chicos en las giras, de una ocasión en la que James estornudó en pleno escenario o cuando a Kendall le aventaron ropa interior y le picaron un ojo.

Luego de eso, mi padre se fue pues tenía una cita con la señora Casey. Nosotros nos fuimos al saloncito en el que ensayarían. Izzy llevaba también su violín, nos deleitó con una maravillosa melodía. La verdad es que Izzy era muy hermosa y además era talentosa, carismática y risueña. Ya veía por qué Logan la amaba tanto.

Íbamos caminando todos, cada quien con su respectiva pareja. En eso antes de atravesar por el último pasillo para llegar al salón donde ensayarían, estaban Halston y Penny. La chica traía una mejilla morada.

- ¡Demonios! -exclamó Alexa.
- ¿Le pegaste? -preguntó Carlos a Alexa.
- Bien ¿qué me darás a cambio de que no le diga a las autoridades de aquí que me agrediste? -preguntó Penny.
- Las gracias -dijo Alexa- No me arrepiento.
- Tengo testigos
- Y yo evidencias de la acusación que hiciste de Carlos -dijo Ed apoyando a Alexa.
- No tienes pruebas -dijo Penny un tanto asustada. Ed sacó su celular y le enseñó fotos del rubio oxigenado haciendo los moretones.
- ¿De dónde las sacaste? -preguntó la rubicunda chamaca.
- No creas que los hombres somos tan tontos, mi estimada rubia -dijo Ed con una amplia sonrisa. Ella miró a mi hermano y luego nos vio a todos y luego nos enseñó un dedo no muy cortés.
- Adiós -dije yo con una sonrisa. Halston miraba a James con una mirada tristona, la verdad me dio un poco, casi nada de pena por ella. Mi novio ni la miraba, estaba mirándome a mí.

Entramos al saloncito y los chicos ocuparon sus lugares en sus respectivos instrumentos, nos deleitaron con diversas canciones y ese tipo de cosas. A veces nos invitaban a nosotras a cantar o en ocasiones hasta Ed cantaba.

- Algo anda mal -dijo Alexa.
- ¿Qué? -dije preocupada.
- Observa esto -dijo y se paró, se acercó a Carlos y lo abrazó por detrás, él no la miró solo se alejó de ella y caminó al piano, se sentó y tenía la mirada baja.
- ¿Qué tiene? -pregunté.
- Está molesto conmigo, por lo de Penny -dijo cuando ya estaba de vuelta conmigo.

Mordí mis labios y me le quedé viendo, de verdad parecía estar molesto, apretaba la mandíbula y en vez de acariciar las teclas del piano, las presionaba con dureza. Eso no era de él. Carlos se levantó y se sentó a mi lado, me hizo media sonrisa y luego sacó su celular, tenía una foto de Alexa en el fondo y vi cómo la cambiaba y ponía una tortuga, muy bonita debo decir.
- ¿Estás bien? -pregunté. Él me sonrió y negó con la cabeza- ¿Quieres hablar?
- Sí, pero con Alexa, dile que salga tantito conmigo por favor -pidió. Yo giré mi cuerpo.
- Te llama Carlos, quiere que lo acompañes a dar una vuelta -le dije a Alexa, ella suspiró y se puso de pie. Él tomó su mano y la guió a la puerta

Messages (James Maslow) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora