Ana.
- ¡Odio este lugar! - Susurré, bajando con poco ganas.- ¡Me hace sentir vieja!
Ara: Sabes por qué estamos aquí... - Rodando los ojos, busco mi bolso con las cosas de Ed.
- Sí, pero vos no te tiene que pinchar con agujas de 15 centímetros. - Protesté, haciendo upa a mi pequeño hijo.
Ara: ¡No exageres!- Exclamó, caminando hacia el consultorio de su amiga.- Eres peor que mi hermano Jace, eso te lo puedo asegurar.
- ¡Oye, no soy como él! - Ni lo busco, pensé.
Ara: Entonces deja de comportarte como reaccionaría Jace. - Haciendo una mueca, asentí con la cabeza. Lo que menos quería era relacionarme de alguna manera con él.
Ara: Bien, iré a pasear a Ed mientras tanto. - Agregó, saludando a su amiga, antes de extender los brazos hacia él y llevárselo.
- Diana, puedes pasar. - Abriéndome la puerta de su consultorio, entré.- Déjame preparar las herramientas necesarias y estoy contigo. Puedes recostarte en la camilla mientras tanto.
Sin contestarle, seguí sus instrucciones. Cuanto más rápido terminaba el tratamiento, era mejor. No quería terminar con colágeno o lo que sea que utilizara hasta en mis lentes de contacto que debía utilizarlos aunque no quería.
- Pondré algo de crema hidratante antes de hacerte el proceso. Ayuda a que tu piel se ponga más suave y joven.- Sonriéndome, comenzó.
Una hora después, ya con ganas de salir corriendo, terminó.
- Debes tener los cuidados de siempre, recuerda.- Rodando los ojos, asentí. - Bien, nos vemos dentro de dos meses.- Saludándola, salí del consultorio.
Caminando por el pasillo, busqué a Araceli, encontrándola en el jardín junto a Ed que observaba cautivado las rosas de diferentes colores y tamaños.
- Parece que adquirió el mismo pasatiempo que la abuela.- Riendo, me lo entregó. - ¿Quieres tomar un café antes de irte?- Asintiendo, fuimos hacia Starbucks que, gracias a Dios, se encontraba a una cuadra. - ¿Lo mismo de siempre?- Preguntó, antes de que tomara asiento y acomodara a Ed que jugaba con sus peluches. - Bien, ¿y cómo te fue?
- Si por eso te refieres a que si no me clavó una de sus finas y largas agujas en mis pobres ojos, no lo hizo aunque sigo sospechando de que, cuando menos lo espere, lo hará.- Encogiéndome de hombros, esperé a que Araceli recogiera nuestros cafés.
- ¡Eres muy mala!- Exclamó, riendo.- Puedes decirme que no pero te pareces mucho a mi hermano, a él tampoco le gusta estar en manos de Ele.
- Luke y yo, aunque no lo creas somos muy parecidos. - Guiñándole un ojo, tomé un poco de mi café con leche descremada.
- No estoy hablando de Luke sino de Jace. - Escupiendo, en sentido literal mi pobre café, negué con la cabeza.
- Puedes negarlo pero...- El sonido de su celular estridente, me salvó de su repetitiva y casi aburrida conversación de por qué Jace y yo nos parecíamos. Quizás, tenía razón pero no lo iba a aceptar y menos frente a ella.
- ¿Acaso no lo puedes solucionar sola? ¿Y los guardias? - Rodando los ojos, se levantó y se alejó a una cierta distancia.
Dirigiendo mi mirada hacia Ed, sonreí al verlo demasiado interesado en lo que su tía hacía.
- Parece que la tía Araceli tiene problemas. - Besando su mejilla rosada, seguí tomando con cierta pereza mi café. Al volver ella, su semblante serio, me dio indicio de lo que iba a suceder.
ESTÀS LLEGINT
Matchpoint. (Harry Styles)
Novel·la juvenilUn disparo era lo único que se necesitaba para crear este espacio entre los dos. La pregunta es, ¿Quién será el primero en decir adiós?