Capítulo 1

13K 484 78
                                    

Me senté en el gran sillón de cuero de su oficina, muerdo mi labio al verlo tan concentrado viendo sus papeles, su mandíbula firme, su ceño un poco fruncido no deja de verse tan irresistible. Un calor me llega al pecho y gimo sin quererlo.

Sus ojos me miran...

-Deja de quejarte -habló con voz ronca, sin mirarme-. Esto te pasa por hacer cosas indebidas.

-¿Pasarla bien es algo indebido? -pregunto con voz dulce.

-No, pero escaparte de casa por la noche sí lo es, ______.

Amo cuando dice mi nombre, suena tan dulce y a la vez excitante de sus labios...

-Juro que no lo volveré a hacer si dejas que me valla -hice puchero mientras me acerca a él moviendo mis caderas lentamente.

-No quiero seguir hablando del tema.

-Por favor -dije alargando las palabras en un tono dulce-, ¿dejas que me valla?, no lo volveré a hacer.

-No me convencerás, además -giro su silla hacia mí conectado nuestras miradas, estábamos a centímetros y mis mejillas empezaron a arder-...¿para qué quieres irte, tu novio te espera?

-No tengo novio ni tampoco quiero uno por ahora -dije mirándolo con atención, mis ojos se dirigieron a sus labios los cuales por ellos pasó su legua lentamente provocando un hormigeo en mi estómago.

-¿Entonces para qué quieres irte? -se giró en su asiento volviendo otra vez a sus papeles-, no hay nadie en casa.

-Es por eso que me quiero ir.

-¿No quieres estar con tu padre?

Su pregunta fue como una puñalada en lo más profundo de mi ser, odiaba el hecho de que él fuera mi padre y más aún mi atracción hacia él, realmente me gustaba demasiado y no como un padre, si no todo lo contrario.

-Claro que quiero pero es que... -mi vista se fue a su entre pierna cuando se encogió en su asiento, un leve sonrojo llenó mis mejillas a la vez que miles de imágenes pasaban por mi cabeza-...tengo tarea.

-Puedes hacerlas aquí.

-No traje mis libros.

-Eso fue tu responsabilidad.

-Pero es que...

-¿Señor Lee? -una voz femenina se escuchó desde el otro lado interrumpiendo lo que estaba por decir.

-Adelante -dijo serio.

Empezaron a hablar de negocios cuando una idea brillante se me pasó por la cabeza. Tomé mi mochila y caminé con cautela hacia la puerta, una vez afuera apresuré mi paso para salir lo antes posible de aquí y encontrarme con mis amigos en la casa de Lizz, mi mejor amiga.

Me dirigí a mi casa para bañarme y cambiarme por unos short de tiro alto negros, una blusa negra con unos botines negros y algunos accesorios dorados. Pinté mis labios con un labial rojo cereza y bastante máscara de pestañas, me miré en el espejo y tapé mi cuerpo con una chamarra bastante grande que cubría lo necesario. Salí de casa un tanto apurada por llevar media hora de atraso por culpa de Donghae, aún que sé que es mi padre, desde que tengo quince años no puedo decirle como tal por está prohibida atracción que siento hacia él. Cada vez que me mira siento un cosquilleo por todo mi cuerpo y unas ganas enormes de besar sus labios con tanta pasión, me estaba volviendo loca, ¿no?

Dejé mis pensamientos de lado cuando vi a los chicos afuera de la casa de Lizz, al verme empezaron a burlarse pero menos Lizz que me miraba con mala cara.

-Siento llegar tarde pero ya saben -me encogí de hombros.

-Tu sensual padre -contestó Lizz.

-¿Sensual? -pregunto fingiendo asco, nadie sabía lo que me pasaba con él ni tampoco nadie podía saberlo, exepto por ella-. Lizz por favor.

-Esa estúpida historia de que Donghae se revolcó con una latina y luego naciste ni tú te la crees -escupió con malicia mientras todos se adentran a su casa.

-Piensa lo que quieras, mejor para mi si no es así -sonreí coqueta.

-Te trae loca, ¿no?, si fuera tú lo montaría en su escritorio -mordió su labio provocando unos estúpidos celos en mí.

-¿Y crees que no lo he pensado? -empezamos a caminar hasta su habitación donde se encontraban los chicos.

-Eres capaz de todo pero menos de acostarte con Donghae.

-Es mi padre -dije con un nudo en la garganta.

-No lo creo, ustedes no se parecen en nada.

-Ojalá sea así -suspiré una vez que entramos.

Estábamos todos sentados en el suelo formado un círculo para jugar poket, pero si perdías tenías que sacarte una prenda por lo que él juego era bastante interesante.

-¿Quién empieza? -pregunta Eunhyuk.

Después de varios minutos de juego estaba con sólo mi ropa interior, mientras que los demás estaban peor que yo. Lancé mi última carta y para mi mala suerte perdí, los chicos de inmediato empezaron con sus comentarios obscenos cuando comencé a desabrochar mi brasier, pero antes de hacerlo la puerta de la habitación de Lizz se abrió de par en par dejando ver a quien menos quería en este momento....a Donghae, mi maldito y sensual padre.

Atracción prohibida - Donghae y TúWhere stories live. Discover now