Capítulo 24.

1.3K 126 66
                                    

RUBÉN.

-¿Estás listo Mangel?

-No lo sé Rubius... – dice —¿Por qué debo de acompañarte? - se cruza de brazos y alza una ceja.

-No quiero ir solo - me sincero, con pena -¡Por favor! ¡No quiero cometer ninguna tontería y necesito tu ayuda!

-Vale, pero solo porque Lee me agrada más que tú y odiaría perder la amistad con ella - dice.

-¿Ni siquiera por mi? - finjo ofenderme.

-No - sonríe -No te lo mereces.

-Touché.

(...)

He intentado de todo para que LeeAnna me perdone, o al menos, que me escuche.

No responde a los timbrazos, llamadas ni mensajes. Le he dejado presentes en la puerta del departamento, con tal de lograr algo, pero sólo logré que eviten volver a dejarme entrar al edificio.

¡Hasta he buscado ayuda en Noah! Quien solo se reía en lugar de ayudarme, siendo otra opción descartada.

Ahora mismo Mangel y yo nos dirigimos hacia su casa para de una vez por todas arreglar las cosas, como adultos civilizados, aunque me me arrodillaré si hace falta.

Pero al dar la vuelta en la esquina, mi vista quedó perfectamente bloqueada por la imagen de LeeAnna abrazando a otro chico. Tiré la manga de Mangel para ocultarnos detrás de un auto en la acera de enfrente. Estaban riéndose y el tío no alejaba la mano de su cintura. Fruncí el ceño a más no poder porque no lo recuerdo para nada.

-¿Quién coño es ese tío, Mangel?

-Y si no lo sabes tú, ¿cómo quieres que lo sepa yo?

-¡No le he visto en mi vida! - alcé la voz sin darme cuenta.

Nos agachamos justo antes de que Lee y su acompañante nos descubran. Pero le restan importancia y veo como Lee rodea su coche para meterse en él, con el chico imitandola y metiéndose en el lado del copiloto.

Esperamos unos segundos para salir del escondite, una vez que dieron la vuelta de la esquina.

-No puede ser.

-Tranquilo Rubius, no malinterpretes las cosas sólo por lo que viste.

-Pero, ¿y si no es así Mangel? ¿Y si ella ya decidió seguir con alguien más?

Mangel se encoje de hombros, sin saber que decir.

-¡Ugh! Y yo como un gilipollas creyendo que iba a perdonarme - doy vueltas sobre la calle tratando de pensar en qué hacer.

-Tengo una idea.

-¿Qué?

-Primero que nada, quitate la idea de que Lee tiene novia - dice -Y segundo, hablaré con ella para convercerla de que tú y ella deben hablar.

-Creí que eso ya lo habías hecho.

-No, esto es otra cosa - sonríe.

-Tengo miedo de ti Mangel.

Mi amigo suelta una risa, acción que me pone más nervioso.

-Tú tranquilo, que no será nada malo.

(...)

—¿Crees que funcione?

—¡Claro que si tío!— responde —Aquí entre nos..m tienes que dejar de ser tan negativo— agrega y me da dos golpes en el hombro.

—¿Cheeto aceptará?— vuelvo a preguntar, algo desconfiado.

—Cheeto no tiene opción, además ya le he comentado de esto antes.

Un año para recordar. (Rubius)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin