Capítulo 1.

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ACTUALIDAD.

—Holaaa... ¡Tierra llamando a LeeAnna! — Nat chasquea sus dedos frente a mis ojos, sacandome de mis pensamientos.

—¿Eh? —balbuceo.

—¿Estabas escuchándome?

Observo a Natalia cruzarse de brazos acompañada con una mirada expectante, esperando a que le de una respuesta.

Oh no.

—Ehh... Si, si. — suelto sin pensar, tratando de convencerla.

La mayoría de las veces soy demasiado obvia en mi comportamiento estúpido, todos los que me conocen saben cuando miento. Pero vamos, siempre he sido malísima para las mentiras. Ellas y yo nunca iremos de la mano.

—Venga, ¿qué fue lo último que dije?

Mierda. Me ha cagado.

Bajo la vista para mirar la taza de café que se encuentra entre mis pálidas manos, aún sigue caliente. Nat sigue esperando una respuesta de mi parte y yo me sigo haciéndome la desentendida.

Joder. ¿Qué se supone que debería decir? 

—Yo... Em...

—Déjalo Lee... — suspira y devuelve la vista al periódico.

—Lo siento Nat... — me sincero —Tú sabes que últimamente tengo la cabeza en otros lados...

Y era verdad. Estas fechas son muy jodidas para mi, sobretodo cuando se trata del 13 de febrero.

—Está bien — dice, y me sonríe.

Doy gracias a Dios por otro día en el que Natalia no de canse de mi y de lo problemática que soy.

Debería concentrarme más en el presente y dejar de lado lo que me come la cabeza hace más de nueve años. ¿Ya es tiempo, verdad?

—Entonces... ¿Qué era lo que me estabas preguntando? — Nat ríe mientras toma de su café.

—Te preguntaba por Noah — dice y yo sonrió al recordar a mi bebé.

—Está grande.

—Lo sé. ¿Cuándo es que cumple los nueve? — pregunta y coge unas galletas del paquete de chocolate.

—El próximo mes, en febrero — le arrebato el paquete de las manos.

—¡Eh! — reímos — ¿Y qué día los cumple?

—El 13 — respondo con un pequeño ahogamiento.

El 13 de Febrero es una fecha que nunca se olvida...

Sacudo la cabeza.

Ay pequeño Noah, ¿porqué diablos tuviste que nacer el mismo día que tu padre? 

Pues sí, fue niño. Y se preguntarán... ¿Cómo es? Igualito a Rubén. Pelo castaño rubio, misma sonrisa, mismos gustos, mismo carácter.

Me duele saber que es una copia exacta de él, excepto por los ojos. No tiene aquellos ojos verdes de los que me enamoré, sino más bien azules, como los míos.

Le he puesto Noah ya que era el único nombre que me gustaba, aunque siendo sincera no tenía tiempo de buscar otro nombre. Pero es lindo, corto y sencillo. ¿Y su apellido? El mío, por supuesto. No quiero que mantenga el de su padre, Doblas, ya que me haría recordar mucho a él cada vez que le reto por algo.

Y pues no... no he vuelto a saber de él.

He intentado contactarlo de todas las maneras posibles desde que su abuelo me dio la noticia de su partida, porque la llegada de un futuro bebé no estaba en mis planes en esos momentos. Pero luego de unos meses, me rendí. Mi madre nos ofreció a mi hermano y a mi mudarnos a Madrid, para poder terminar mis estudios y alejarme de todos los recuerdos, y obviamente pasar un buen y tranquilo embarazo.

Un año para recordar. (Rubius)On viuen les histories. Descobreix ara