쉰여섯

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La compañía había alquilado un pequeño restaurante especializado en carne de res de alta gama. Estas cenas solían organizarse por equipos, y aquella noche le tocó al de relaciones públicas disfrutar de una velada entre copas y carne suculenta.

De pie frente al local, Jimin se acomodó el flequillo con un movimiento rápido y respiró hondo.

Jungkook lo observaba en silencio, esperando sin presionarlo. Finalmente, tras un instante de duda, abrió la puerta. La campanilla tintineó con claridad. Tragó saliva y entró.

Una sonrisa leve le curvó los labios. Mientras avanzaba por un pasillo angosto, iluminado con una luz dorada que acariciaba un mural de pinos, aparecieron las mesas en fila. Algunos empleados, que no lo esperaban, se levantaron sobresaltados y se inclinaron.

—¡Hola jefe, bienvenido! ¡Es la primera vez que viene a una cena de empresa!

La calidez inesperada le arrancó una sonrisa más amplia. Correspondió los saludos con soltura mientras buscaba dónde sentarse, pero Jungkook lo tomó del brazo con decisión y lo condujo hasta el rincón más apartado del restaurante.

Los camareros se apresuraron a recibir sus sacos. Jimin lo entregó sin reparos, pero Jungkook simplemente se negó y lo dejó colgado en el respaldo de su silla. Luego, hojeó el menú con rapidez y pidieron varios platillos.

Pronto, la carne comenzó a chisporrotear en la parrilla. Jimin, hipnotizado por el sonido y el olor que llenaba el aire, notó que todos bebían soju… menos ellos.

—¿ Y nosotros por qué no tenemos bebida? —preguntó, señalando las otras mesas con un leve gesto de la barbilla.

Jungkook, que acababa de colocar cuidadosamente las guarniciones favoritas de Jimin frente a él, arqueó una ceja.

—Es una cena de empresa… ¿no vamos a brindar? —insistió genuinamente desconcertado.

Jungkook guardó silencio. No le gustaba que Jimin bebiera en público, y menos en un sitio lleno de gente. La sola idea de verlo sonreír con las mejillas enrojecidas por el alcohol le provocaba una punzada en el pecho. Sin embargo…

—Por favor, Nos puede traer soju — Jimin ya estaba ordenando la bebida a un camarero.

El joven asintió y desapareció entre las mesas. Poco después, regresó con dos botellas verdes cubiertas de escarcha. Jimin iba a destaparla, pero Jungkook se la quitó suavemente de las manos y lo hizo él mismo. Sirvió el líquido cristalino en el vaso de Jimin.

—¿Y tú no vas a beber? —preguntó, tomando la botella para devolverse el gesto.

Jungkook negó con la cabeza y apartó su vaso.

—Tengo que conducir.

—¿Una cena de empresa y no vas a brindar? —repitió Jimin, con una expresión de incredulidad. Sus ojos grandes, redondos, lo hacían ver innecesariamente adorable.

—Aún estoy trabajando. Mi día de trabajo acaba cuando tú estés seguro en tu cama. Hasta entonces, estoy de servicio.

Tomó un trozo de carne en su punto justo y lo colocó en el plato de Jimin. Jimin se lo llevo a la boca y lo masticó con gesto malhumorado.

—¿Y por qué estamos solos en la mesa?

El brazo de Jungkook se detuvo a medio camino. Efectivamente, la amplia mesa de seis lugares estaba ocupada solo por ellos. Las otras mesas rebosaban de empleados charlando, riendo, compartiendo.

Exhaló como si dejara escapar el humo de un cigarrillo invisible. Miró a su alrededor y localizó a alguien.

—Secretario Min. ¿Podrías venir un momento?

ALL FOR YOU  ( KOOKMIN) 💜Where stories live. Discover now