서른 여섯

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Jimin cenó y se fue a la cama temprano. Frente a él, Seokjin ya dormía profundamente, su rostro reflejando el cansancio de un día agotador. Jimin también estaba extenuado, pero, por alguna razón, el sueño no llegaba a él.

Acostado boca arriba, contempló el techo con la esperanza de que el sueño lo venciera. Sin embargo, cuanto más lo intentaba, más consciente se hacía de la verdadera razón de su insomnio: la cama. A diferencia de la dura camilla del hospital, este colchón era blando, esponjoso, como si descansara sobre una nube. Se giró hacia el lado izquierdo, luego al derecho, subió la manta hasta su cuello, la bajó hasta su ombligo… pero nada lograba darle la sensación de descanso. Luchó en silencio contra su incomodidad hasta que la frustración lo venció.

Apretó los dientes y cerró los ojos con fuerza. Quizá la verdadera razón de su insomnio no era la cama, sino el hecho de que estaba en la casa de Jungkook. Algo en aquel lugar no le permitía relajarse del todo. Finalmente, incapaz de soportarlo más, se incorporó de golpe.

—No sé qué me pasa… —murmuró antes de acostarse en el suelo.

Juntó las manos para improvisar una almohada y dobló las piernas ligeramente. La calidez del piso, gracias a la abundante leña en la caldera, le transmitió una sensación reconfortante. Mientras se dejaba envolver por aquel calor, su cuerpo comenzó a relajarse de forma inexplicable. Soltó una risa baja sorprendido por el absurdo consuelo que encontraba, su cuerpo se había acostumbrado a dormir en el suelo. Y así, finalmente, el sueño lo alcanzó.

Al siguiente día. Despertó temprano, se lavó rápidamente y ordenó su habitación, aunque en realidad no estaba demasiado desordenada. Después, desayunó junto a Seokjin, le dio los medicamentos  recetados y también tomó los suyos.

Las horas avanzaron lentamente, sin nada que hacer. Frustrado y aburrido, comenzó a garabatear en un cuaderno sin un propósito claro, hasta que dejó el lápiz al escuchar ruidos en el patio. Era la hora en la que los miembros de la organización partían a trabajar. Tal vez Jungkook también formaba parte de aquel grupo. Se sentó frente a la puerta y contuvo la respiración, pero se levantó en cuanto el sonido del motor de un auto se hizo más fuerte y luego se desvaneció en la distancia.

Abrió la puerta, ventiló la habitación, limpió el piso del pasillo y sacudió las hojas acumuladas sobre las piedras. Luego, regresó apresuradamente a su habitación y no volvió a mostrarse por la casa. Evitaba encontrarse con Jungkook a toda costa, ni siquiera por un instante.

La sensación de asfixia y encierro lo envolvió nuevamente, intensificada por el silencio impenetrable de Seokjin, quien, desde su llegada a la mansión, no había pronunciado palabra, como si estuviera en una huelga silenciosa.

Cuando cayó la noche y la casa quedó sumida en el descanso, se levantó con cuidado, acomodó la manta sobre el cuerpo dormido de Seokjin y abrió la puerta con sigilo. Salió tranquilamente y por primera vez en su vida, disfrutó de la brisa fría de la noche. Al sentarse en el suelo, notó una caja de madera en la entrada. Ladeó la cabeza. Aquella caja no estaba allí cuando había salido a limpiar en la mañana.

Al revisar su contenido, se encontró con algo extrañamente familiar: chocolates, dos botellas de cola, una ciruela redonda y un snack americano desconocido, junto con una variedad de otros dulces. No tuvo que esforzarse demasiado para adivinar quién la había dejado allí. Durante toda la semana, esa misma persona había depositado algo nuevo cada día. Los contenidos variaban, pero la generosidad detrás de los obsequios siempre era la misma. Sin embargo, Jimin ignoró por completo el gesto.

Se dedicó plenamente a cuidar de Seokjin, administrándole sus medicamentos y asegurándose de que comiera bien. El tiempo de sueño de Seokjin aumentó gradualmente; antes solía acostarse temprano y despertarse con el alba, pero últimamente dormía hasta bien entrada la mañana. Aunque esto preocupaba a Jimin, le resultaba más reconfortante verlo descansar que sufrir en agonía y retorcerse de dolor, así que decidió dejarlo estar.

ALL FOR YOU  ( KOOKMIN) 💜Where stories live. Discover now