Corrompiendo al nerd ||Marcel Styles|| ✔️

Capítulo 44.

Narra Samantha

Marcel me ignoró durante todo el día, y pienso que se está comportando demasiado infantil. Él actúa bien un día, y de repente cambia sin ninguna razón aparente. Sinceramente no entiendo a ese chico.

El profesor calvo de Química nos envió un proyecto, el cual vale un 50% de la nota del semestre. Es un trabajo en parejas, y espero que Marcel quiera hacerlo conmigo o estaré jodida.

Estaba recostada en mi cama mirando hacia el techo, cuando alguien tocó la puerta.

"¡NO ESTOY!" Grité desde mi cama, pero la puerta igualmente se abrió, y Marcel entró a mi habitación con una camiseta blanca en cuello V, su cabello sin peinar, y sin anteojos. Inmediatamente me puse de pie. "Hola, pensé que no vendrías."

Él tomó la banqueta que está frente a mi escritorio, junto al televisor y sacó sus cuadernos de su bolso, sentándose.

"¿Estás bien?" Pregunté con cautela. Él no respondió. "¿Por qué no me hablas, Marcel?"

Me senté a su lado, tomando a banqueta de Miranda, y también saqué mis libros, esperando su respuesta, pero nunca llegó. Él está mudo. Genial. Ni siquiera hemos hecho contacto visual desde que llegó.

"¡Deja de ignorarme! AHORA." Silencio. "Oh por Dios. Actúas igual que un niño, siempre haces lo mismo." Comenzó a escribir en una hoja sin prestarme atención, con la cabeza gacha. "Eres tan molesto, definitivamente no te soporto. Lo estás haciendo intencionalmente para joderme. Ya es hora de que madures, no puedes seguir actuando como un niño caprichoso. Tus berrinches me causan dolor de cabeza, y ahora me estás haciendo la ley del hielo. ¡Tienes 19 años, no tienes 5! Madura de una puta vez." Alcé la voz, pero él no respondió. "Esto es estúpido, me rindo."

Me di por vencida y comencé a rebuscar en mi libro sobre el tema del proyecto. Minutos después escuché los débiles sollozos de Marcel y dejé de leer mi libro para observarlo. Él está llorando ahora, pero no deja de escribir, y las lágrimas están cayendo sobre la hoja.

"En serio Marcel, no entiendo por qué lloras con cada palabra que te digo. ¡No puedo decirte nada porque enseguida te pones así! Es de lo que hablo, ¿ves? Los hombres no lloran, y tú lloras por ninguna razón. Deja de llorar, no te dije nada malo." Él no respondió nada y siguió llorando silenciosamente. "Eres tan sensible, ¡joder!"

Se limpió los ojos con su camiseta, y luego me observó, con el ceño fruncido, su nariz roja de tanto llorar, sus labios más rosados que de costumbre, y sus ojos cristalizados.

"¿Ya terminaste de insultarme? Cada cosa que me dices me duele, por eso lloro, porque no quiero que me trates mal, quiero que me trates bien. Nunca soy suficiente para ti, nada de lo que hago te gusta, siempre me criticas y me ofendes. ¿No te das cuenta de eso? Nunca me dices palabras bonitas, siempre haces todo lo contrario, y eso me duele porque yo trato de ser mejor por ti. Siempre trato de mejorar para no defraudarte, y tú sólo... Siempre ves las cosas malas, nunca ves las cosas buenas. Porque para ti todo lo que yo hago está mal." Y sus lágrimas no se detuvieron.

"Marcel..." Me interrumpió.

"Yo nunca te digo nada malo, Sam, nunca te he tratado mal. ¿Sabes lo que más me duele? Que me desprecies cuando estás frente a tus amigos. Yo nunca te desprecio frente a nadie, y tú siempre lo haces conmigo. ¿Te avergüenzas de mí? Dime por qué lo haces, porque ya no puedo soportarlo más." Se sorbió la nariz.

"No. No me avergüenzo de ti. Y ya sé que he sido insensible contigo, pero no puedo pensar como tú, somos diferentes. Tú sólo piensas en cuentos de hadas y finales felices... Yo no creo en el amor. No soy una persona romántica, ya te he dicho antes que no tengo corazón. No puedo cambiar, Marcel. No puedo."