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077 🦕

—Jungkookie...

Jungkook sonrió al sentir como el castaño que se encontraba entre sus brazos dejó un beso en su mejilla, posteriormente acariciando con la punta de su nariz en aquella zona, tal cual gatito mimado.

—¿Mhm?

Taehyung se separó de sus brazos rápidamente, Jungkook alzó la mirada con confusión al ver al mayor levantarse de la cama y salir de la habitación, se quedó simplemente en su lugar, luego de un rato, Taehyung regresó con su mochila, luciendo algo nervioso y se volvió a sentar en la cama junto a su novio.

—Tengo una sorpresa, ¿Re-recuerdas? —Habló con nervios.

—Sí, lo recuerdo —Jungkook sonrió— Oye, oye, pero, ¿Por qué estás tan nervioso? ¿Acaso me vas pedir matrimonio o qué? —Bromeó, pero paró de reír cuando notó el semblante serio del mayor.— Woah, espera, ¿S-si me vas a pedir matrimonio?

—¿Ah? —Ladeó la cabeza— No entiendo...

—¡Ay! Que bruto, perdón mi vida —Suspiró— Se me olvida que recién estás aprendiendo español bien. Preguntaba si me vas a pedir matrimonio.

Taehyung se puso rojo y negó con la cabeza, Jungkook se soltó a reír de nuevo, aunque se sentía aliviado porque realmente creía que le iba a pedir matrimonio y no, definitivamente no estaba listo para eso aún, todavía necesitaba encontrar un trabajo estable para mantener a su castaño de ojitos negros.

¿Qué creían? ¿Qué no quería casarse? Obvio que sí, daría lo que fuera por tener una familia homoparental tradicional con muchos hijitos, perritos y gatitos. Y más si era junto a su precioso novio.

—N-no... —Tae soltó una pequeña risita— Es... Ahm... Algo que te va a gustar, mucho... De verdad...

El castaño abrió su mochila y le pidió a Jungkook que cerrara los ojos, éste así lo hizo, sintiéndose algo intrigado cuando notó que Tae tomó su mano y le dio una cajita pequeña y alargada, parecida a esas en las que venían los collares. Abrió los ojos y vio la caja de color azul, con un moñito sobre ella.

—¡No mames! —Hizo una mueca de sorpresa— ¡Amor! ¿¡Estás embarazado!?

Jungkook acercó su mano al vientre del mayor y lo acarició, Taehyung no sabía si reír o golpear a su pareja, pero simplemente optó por hacer lo primero, deshaciéndose a carcajadas por las tonterías que soltaba el pelinegro, quién se cubría la boca con una mano.

—¡Tonto! ¡Abre la caja!

—Ya, ya, está bien. La voy a abrir.

Quitó la tapa de la cajita con sumo cuidado y cuando vio el interior, tuvo que revisar dos veces el contenido para ver que sus ojos no le estuvieran dando una mala jugada, tragó saliva nervioso y todo rastro de broma desapareció de él, en cambio fue reemplazada por la incredulidad, al no creer lo que estaba viendo.

—Tae... —Titubeó, viendo a los ojos al contrario— Y-yo... ¿Esto es en serio?

Taehyung asintió, amando el brillo en los ojos de su novio, quién tomó una de sus manos y la apretó con fuerza.

—P-pero... Estos boletos, son demasiado caros... Yo...

—No importa, tú más que nadie los mereces —Taehyung tomó su rostro con ambas manos, notando como las lágrimas comenzaban a deslizarse en las mejillas del pelinegro— Es tu regalo de cumpleaños.

—¿Regalo de cumpleaños? Para mí el simple hecho de que estés conmigo fue el mejor regalo de cumpleaños de todos —Habló con voz temblorosa.

Tae sonrió y se lanzó a los brazos del menor, apretándolo en un abrazo de oso, Jungkook susurraba a su oído miles de veces la palabra 'Gracias', se sentía como un niño pequeño al que le acababan de regalar su juguete favorito; pero esto era mil veces mejor, su novio le había comprado boletos para asistir a aquel museo de Paleontología en Estados Unidos al cual creyó nunca podría ir.

Taehyung río por las cosquillas cuando su novio besó su cuello múltiples veces, intentó zafarse de su agarre dando vueltas en la cama, pero ambos se enredaron entre las sábanas y por descuido rodaron hasta caer en el suelo. Jungkook se quejó por el golpe y Taehyung río más fuerte, al haber caído él sobre su pecho.

—¿Estás bien? —El castaño preguntó, tocando su cabeza.

—Woah... Un ángel —Lo miró intensamente, con ojos soñadores— Creo que morí...

—Idiota —Tae cubrió su rostro con ambas manos totalmente avergonzado, más Jungkook las tomó, separándolas de su cara para verlo mejor.

—Dios, te ves tan malditamente hermoso ahora mismo que creo que podría darte toda la noche —Dijo con tono juguetón, mordiéndose el labio.

—¿Qué esperas entonces? —Le siguió el juego, con picardía.

Jungkook abrió los ojos desmesuradamente. Hoy se comía.