—Si sigues gimiendo así, te voy a coger tan duro que mañana no podrás ni levantarte de la cama —Jungkook mordió el lóbulo de su oreja y Taehyung soltó un gemido ahogado, había comprendido todas y cada una de sus palabras.

Por favor...

—¿Qué cosa, mi amor? —Se hizo el desentendido, llevando una de sus manos hasta el elástico del bóxer del mayor, jugando con él.

Taehyung estaba por contestar, pero otro gemido más le arrebató las palabras de la boca, Jungkook estaba embistiéndolo por encima de la ropa, su erección dolía y lo único que quería en aquellos momentos era al pelinegro hundiéndose en él y volviéndolo todo un desastre.

Por favor, por favor, por favor... —Suplicó entre lloriqueos.

—No sabes lo mucho que me pone el oírte gemir en coreano, precioso —Soltó una risita suave, luego finalmente bajó la ropa interior del castaño y comenzó a acariciar su erección.— Pero lo que el bonito pida.

Taehyung mordió sus labios en busca de acallar los gemidos que salían de sus labios por la sensación placentera que provocaba la mano del menor subiendo y bajando por su extensión, Jungkook lo observaba directamente a los ojos, casi comiéndoselo con la mirada, sus pupilas lucían dilatadas y su lengua jugaba con el arito que tenía en su labio inferior.

A Jungkook le encantaba lo sumiso que Taehyung estaba siendo, dejándole llevar el control absoluto de la situación, totalmente a su disposición.

B-bésame, por favor —Pidió Taehyung entre gemidos.

Jungkook rápidamente se acercó a sus labios y lo besó, deleitándose con los suaves labios del castaño, Taehyung mordió su labio inferior ahora, haciéndolo jadear; sintió las traviesas manos del chico dirigirse hacia sus caderas, descendiendo hasta dar con el borde de su ropa interior, que fue lentamente despojada de él.

Taehyung se separó del beso y le habló al oído con voz sensual.— Jungkookie, quiero hacerlo, contigo.

Maldición, el hecho de escuchar a Taehyung hablando en español con aquel tono de voz definitivamente había hecho que la poca cordura que poseía se fuera al carajo. Kim jadeó audiblemente cuando Jungkook comenzó a besarlo de forma salvaje, ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar en absoluto, el miembro erecto del pelinegro se presionaba contra el propio, frotándose de una manera que lo hacía enloquecer.

Mgh... Jungkook... —Gimió en sus labios.

—¿Quieres que te coja duro, mhm? —Besó su mentón— ¿Te gusta así? ¿O prefieres que sea dulce y suave? —Recorrió con sus labios desde su mandíbula hasta su cuello, dejando un beso húmedo que hizo que se estremeciera— Haré lo que tú me pidas, precioso.

Taehyung lo observó con los ojos brillantes debido al placer, su mente tratando de encontrar una respuesta coherente a aquello.

Haz lo que quieras conmigo —Susurró suavemente, perdido en los ojos negros del contrario.

Jungkook le dio una sonrisita de medio lado, complacido por lo sumiso que era Taehyung.

—Sabes que te amo, muñeco, pero perdóname porque no seré para nada cuidadoso, al menos por hoy.

Taehyung asintió, la idea no le disgustaba para nada, era todo lo contrario.

Después de un par de besos desastrosos y sucios, Taehyung se encontraba gimiendo sin pudor alguno mientras se sujetaba fuertemente de las sábanas de la cama, Jungkook estaba masturbándolo con tres dedos en su interior. Gimió alto cuando el pelinegro tocó ese punto en específico que lo hacía delirar; Jeon estaba totalmente embelesado por la imagen del castaño mordiendo sus labios incesantemente y su pecho descubierto subiendo y bajando erráticamente.

coreanito › kooktae auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora