Epílogo

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Luego de un embarazo sin comparación; aunque según mi madre fue exactamente al que ella tuvo cuando fui a nacer, regresé a mi casa con mi pequeña Leiha en mis brazos. De veras que ser madre era algo que no tiene comparación.

La casa aun estaba a medio amueblar; pues todo había ocurrido tan rápido, y las altas y bajas en mi embarazo no habían ayudado. Estar tres veces hospitalizada, y que tu doctora te dijera que no aseguraba tu bebé, era lo más horrible del mundo. Qué deseos nos iba a dar terminar nuestra casa?

Caminé hasta mi habitación, colocando a mi pequeña sobre la cama, mientras Ariel se sentaba a mi lado, contemplando nuestro milagro de amor.

"Después de tantos contratiempos, luchaste al igual que tu madre y te tenemos con nosotros, mi Leiha..." decía Ariel tocando sus pequeñas manitas, mientras esta se estiraba con suma fuerza.

"Aun no puedo creer que la tengamos aquí, con nosotros. Pensé que este día no llegaría" no podía contener mis lágrimas. Eran una mezcla entre felicidad y la tortura por la que habíamos pasado luego de que esta permaneciera por tres meses en el hospital; un sinnúmero de cosas le habían sucedido.

"Lo importante es que la tenemos con nosotros, y que es una luchadora como tú" las palabras de Ariel, junto con el beso que me daba en la mejilla, me llenaban de suma tranquilidad.

"Hubiese preferido el maltrato al que fui sometida mil veces, antes de que esta pequeña sufriera todo lo que sufrió. Es muy pequeñita para haber pasado por eso..."

"Lo importante es que la tenemos con nosotros, que está bien y que somos una familia completa. Ya no me hace falta nada para ser completamente feliz" alguien tocando a la puerta, interrumpió las palabras de Ariel.

Este me indicó que me quedara allí con Leiha, esta indicando que tenía hambre, procediendo a acercarla a mi pecho, para hacer ese contacto especial, ese encuentro maternal al momento de tomar su leche. Mientras ella succionaba poco a poco, nos mirábamos directamente a los ojos; era una felicidad que no podía describir.

"Cómo están mis reinas?" preguntó mi papá al entrar, sentándose a mi lado, mientras que mi mamá se sentaba frente a mí, tocando la cabecita de mi princesa.

"Estamos de maravilla. Cuando vienen los demás?" pregunté al verlos a ellos dos.

"Vienen en un rato. Ya sabes, la escuela, el trabajo, los hijos. En realidad no podía esperar más para conocer personalmente a mi Leiha..." los ojos de mi mamá se llenaban de lágrimas al contemplar la hermosura que tenía en mis brazos.

"Por lo visto, a esta chica y a Noé, les dio envidia de mí, queriendo llegar antes de tiempo a este mundo" dije sonriendo, aun sin poder quitar mi vista de los ojos de mi bebé.

Un rato luego, mi casa se llenó de la familia, todos trajeron regalos para mi reina, y se encargaron de preparar la cena. Era impresionante como todos podíamos trabajar juntos para lograr maravillas.

"Itzel, espero que seas tú quien me de un varón por nieto. Ya son tres chicas..." comentaba Fernando con Angelí en sus piernas.

"Pero esas tres niñas te traen de cabeza, papá" comentó Ariana mirándolo, intentando parecer seria.

"Pues, en realidad no sé lo que será, pero estoy emocionada de no quedarme fuera del grupo" comentaba Itzel, tocando su enorme vientre. Su bebé aun no se había dejado ver en el ultrasonido, así que sería una sorpresa.

Era increíble como mi familia había crecido en un abrir y cerrar de ojos. Cómo había dejado de ser la niña de todos, y ahora ese título lo llevaban mis sobrinas, y ese pedacito de mí y de Ariel que cargaba en mis brazos.

Ese pedacito que luchó tanto por llegar a este mundo, y que me hacía sentir una mujer completa. Ya era hija, hermana, sobrina, amiga, esposa y ahora madre; los mejores títulos que una mujer puede llevar. Aun cuando la noticia de su llegada me tomó por sorpresa, no me arrepentía de que Leiha hubiese llegado en este momento en mi vida. Era lo mejor que me había ocurrido y me prometía una y otra vez, que sería con ella como mi madre lo había sido conmigo; tal vez hasta mejor. Ya veremos lo que la vida nos depara, y que sorpresas y aventuras vendrán de la mano de mi hermosa princesa.

Si tú me lo pidesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora