Prólogo y trailer

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-Puedo yo sola, gracias- espeté absorta en mi tarea, ignoré la mano que extendía frente a mi cara, no obstante no pude hacer lo mismo cuando me agarro por el brazo y tiró de mi hacia arriba-¡Eh! Eso no era necesario.

-Créeme, sí lo era- dijo orgulloso de su hazaña. Hubo un silencio cómodo a continuación, ninguno de los dos necesitábamos hablar para expresar lo que pensábamos. Ahora él era la única persona con la que compartía esa habilidad. Dicen que el tiempo lo cura todo pero en el caso de Jared y yo aquello parecía imposible. A veces me sentía culpable por llorar, por sufrir o por demostrarlo más de la cuenta. Más de lo que Jared se permitía a si mismo.

-¿Te-te importa qué hablemos de él?- la pregunta me pillo desprevenida, ¿a qué narices se refería con eso?-. Es como... quiero decir... tengo la impresión de que...

-De que se te olvida su cara y su forma de ser- intenté echarle una mano-, de que no pensar en él durante un mísero segundo del día es como estar traicionándole.

-Exacto- coincidió él dándome un golpe en la pierna-. La gente dice que siempre estará aquí con nosotros pero también que trate de seguir adelante.

-Es una contradicción.

-¡Por supuesto que lo es!- sentenció alzando los brazos para después echarse hacia atrás quedando tumbado con las piernas colgando del tejado-. Además de absurdo, no sé cómo pretenden que haga que permanezca siempre en mí y seguir mi camino, sin él.

-Tienes que vivir tu vida, eso es lo que Cole habría deseado para ti- aquellas palabras sonaban extrañas en mi boca, a pesar de que en algún rincón de mi cabeza se hallaba esa opinión, no era en absoluto lo que pensaba en ese momento.

-¿Perdona?- se recostó apoyando su peso sobre los codos-¿Y me lo dices precisamente tú?- era consciente de a qué se refería con aquello. Pero Cole era el hermano mayor de Jared, por eso él tenía más razón para estar así, más que yo al menos.

-Lo siento- pronuncié cabizbaja.

-¡Dios!-exclamó frotándose la cara con las manos-¿Podéis todos dejar de hacer eso? Por lo menos tú.

-Últimamente no sé qué quieres que diga, Jared- confesó mi bocaza sin permiso de mi cerebro.

-Eh- por el crujido que emitió el armatoste en el que estábamos subidos, supe que se había vuelto a sentar. Me acarició la mejilla para terminar cogiendo mi barbilla y obligarme a mirarle. Le aparte la mano bruscamente y por un momento pensé que le había ofendido el gesto. Me daba igual, no quería que viera mi cara ahora, bajo ninguna circunstancia-.Oye, mírame.

No hubo respuesta por mi parte.

-Yo solo quiero que todo sea como antes ¿comprendes?- eso es imposible. Me habría gustado decir-. Por lo menos entre tú y yo.

Esto no era un "tú y yo", era un "Cole, tú y yo". Mis pensamientos eran casi tan crueles como el hecho de permanecer callada ante lo que acababa de decir.

-Es que... a veces siento que no me merezco...- me di cuenta de que estaba sollozando por el sonido de mi voz.

-¿El qué? ¿llorar?- dicho por él sonaba estúpido.

-Es más complicado- sorbí la nariz antes de atreverme a continuar-. Tú eras su hermano y yo debería estar ayudándote a superarlo, no lamentándome.

-Es la tontería más grande que he oído en mucho tiempo.

-¡No es verdad!- probablemente mi repentino enfado infantil fuera culpa de la influencia del alcohol pero no me importaba. No quería hablar más con él si no iba a respetar nada de lo que dijera. Me aferré a alguna cosa estable que encontré a ciegas debido a la siguiente capa de lágrimas que luchaba por derramarse y descendí a el puente antes mencionado.

DescontroladaWhere stories live. Discover now