Sailor Moon Card Captor.

Entre Luz y Obscuridad.

Capitulo 21: Entre Luz y Obscuridad.

ESCUCHAR LA CANCIÓN DESDE EL COMIENZO.

-El día de hoy hemos hecho un gran avance, los cuatro poderes que han controlado necesitan de mucha Magia y ustedes lo hicieron muy bien.-La voz de Fujitaka sonaba orgullosa y en sus ojos había un gran brillo de felicidad. -¿Están bien o están cansados?-Preguntó y los chicos se miraron entre sí para luego decir que estaban bien para continuar.

-Ahora necesitaremos el doble de concentración, poseen la suficiente Magia como para controlarlas, pero como bien saber ellas van de la mano y para controlarlas deben hacerlo también al mismo tiempo. Sin Luz no hay Obscuridad y sin Obscuridad tampoco hay Luz. Quiero que se concentren al máximo, que pongan el doscientos por ciento de su capacidad. Sé que pueden.- Los alentó Nadeshiko mientras Luz y Obscuridad se colocaban frente a ellos agarradas de la mano y mirándolos fijamente. Los chicos cerraron los ojos y comenzaron a pensar en ambas.

Obscuridad, completa y profunda Obscuridad. Vacío. Silencio.

Un pequeño rayo de Luz.

Caos.

Un grito desesperado.

Fuego.

Gente corriendo.

Dolor.

-Corran.-Una mujer frente suyo corriendo desesperada. Sus ropas sucias, su largo pelo enmarañado. Sus ojos llenos de miedo.

El sonido de Alas rompiendo el viento.

Rayos de luces de colores en el cielo.

Un cuerpo sin vida cayendo al piso.

-Shaoran.- Un llanto desesperado.

-Sigan corriendo.- Un hombre recogiendo el cuerpo.

Más gritos.

Más rayos de luces.

Más fuego.

El ruido de una construcción cayendo. Lágrimas.

-Nakuru, Yukito.- Gritos de horror.

-Deben esconderse, sigan corriendo.- La mujer corriendo tomando la mano de una joven y apurándola.

-Mamá no puedo seguir.-

-Por favor Sakura.- Otro cuerpo cayendo al suelo.- ¡No, Touya!- La mujer llorando con desesperación, deteniéndose a mirar el cuerpo sin vida de su hijo. – No mi bebé.- Un hombre agarrándola del brazo, tratando de hacerla seguir.- Clow, es mi hijo.-

-Nadeshiko, debemos seguir.-

Otro hombre llegando junto a ellos, deteniéndose al ver a su hijo en el suelo.

Más luces.

Dos jóvenes cayendo al piso.

-¡Tomoyo! ¡Mei-Ling!- Los gritos desesperados de Sakura. –Mamá no puedo dejarlos aquí. No puedo seguir.- Sakura separándose del agarre de su madre. Nadeshiko corriendo hasta su hija.

Sakura cayendo sin vida.

Fujitaka agarrando a su esposa antes de que ésta cayera por el llanto.

Obscuridad. Dolor. Agonía. Encierro. Más dolor.

Ninguno podía abrir los ojos, aunque las lágrimas se escavan de éstos sin poder evitarlo.

Luz. Una tarde soleada. Flores de colores. Risas. Chicas bailando bajo la luz del Sol. Chicos riendo sentadas junto a ellas. Sus padres observándolos a lo lejos.

Alegría. Amor. Luz. Libertad.

Al lograr abrir los ojos, las presencias los miraban atentamente, esperando.

El dolor y la alegría van de la mano. Si no sabes lo que es lo que es la felicidad, tampoco puedes saber lo que es sufrir. Si no sabes cuándo esta obscuro, no podrás distinguir cuándo hay luz.

Luz se adelantó y comenzó a caminar alrededor de cada uno de ellos, que hacían sus mejores esfuerzos por visualizarlas a ambas en su cabeza.

-Mei, nadie duda de tu Magia. Todos sabemos que eres capaz de controlarnos.-Luz estaba junto a ella, a quien más parecía costarle visualizarlas a ambas. Su voz sonaba poderosa y amable al mismo tiempo y Mei-Ling se estabilizó.

-No quieres aceptar la obscuridad en tu interior, por eso te cuesta tanto controlarme. Pero déjame decirte una cosa. Todos dentro suyo tienen Obscuridad, lo que hace que sepan controlarme, es que también mi hermana está dentro suyo. Un justo equilibrio entre Luz y Obscuridad es lo que hace a un Mago poderoso.- Al igual que su hermana, la vos de Obscuridad sonaba poderosa, solo que ésta era más ruda, ella estaba junto a Touya, al que también le costaba controlarla. –Que me niegues es lo que te hace débil.- Dijo agachándose junto a él quien abrió los ojos y asintió mirándola fijamente. Con una sonrisa, ambas comenzaron a desaparecer al mismo tiempo, mientras los adultos los miraban orgullosos.

-¿Están bien como para probar?-Todos asintieron. Con sus manos extendidas, llamaron a Obscuridad, dejando el cuarto totalmente negro, luego gritaron Luz y de sus manos comenzaron a salir pequeños rayos de luz que lo iluminaron todo. –Muy bien chicos, los felicito.- Exclamó Nadeshiko con una sonrisa y, al abrir los ojos, todos se levantaron corriendo a abrazarlos, dejándolos sorprendidos pero aceptando el abrazo.

-Gracias por esperarnos todo este tiempo.-Susurró Sakura contra el pecho de su madre y ella, mirando a su esposo, comprendió que ellos habían visto sus últimos momentos antes de morir.

-Lo haríamos un millón de veces pequeña. Ustedes son nuestra luz entre tanta obscuridad.- Respondió abrazando más fuerte tanto a su hija como a las otras tres que la abrazaban.