Tan pronto como Jungkook salió del auto, se encontró con un caos inesperado. Era más de medianoche, pero los sirvientes no dormían. Se habían congregado en el patio, susurros y murmullos entrelazándose con el aire gélido de la noche.
Su ceño se frunció de inmediato. Algo no estaba bien. Ni siquiera tenía que preguntar; el ambiente lo gritaba. Se pasó una mano bruscamente por el cabello, empujando su flequillo hacia atrás, y sin apartar la vista de la escena, le habló al hombre que lo acompañaba.
—Averigua qué está pasando.
—Sí, señor.
Sin perder tiempo, Jungkook avanzó hacia su habitación. Sabía que Jimin no estaba allí, pero necesitaba verlo con sus propios ojos. Tal vez, solo tal vez, el sirviente que atendió la llamada se había equivocado.
Abrió la puerta de golpe y encendió la luz.
Vacío.
La cama estaba intacta, las mantas perfectamente dobladas en su lugar habitual. El suelo, frío y silencioso, parecía burlarse de su incertidumbre.
Cerró los ojos con fuerza. Lo esperaba, pero el dolor en su pecho no era menos punzante. No se detuvo. Revisó el baño, el estudio. Nada.
Pero no podía rendirse. Aún quedaba un resquicio de esperanza. Salió al pasillo, recorrió el salón de té, la cocina. Finalmente, llegó a la habitación de los sirvientes, el último lugar donde podría estar Jimin.
Tragó saliva y abrió la puerta.
Vacío. Igual que el resto. Las mantas sobre la cómoda estaban dobladas con pulcritud, tal como había dicho el sirviente.
El sonido de pasos apresurados resonó en el pasillo. Jungkook se giró justo cuando Changbin, uno de sus hombres, se acercaba corriendo.
—¿Encontraste a Jimin? —preguntó sin rodeos.
Changbin negó con la cabeza. Su expresión era sombría.
—No, pero... ha ocurrido algo. Creo que debería verlo.
Jungkook no preguntó más. Lo siguió hasta el almacén. Apenas cruzó la puerta, el olor a humedad lo envolvió... pero había algo más. Algo metálico. El aroma inconfundible de la sangre.
Un haz de luz iluminó un rincón oscuro.
Su mandíbula se tensó.
Rose estaba muerta.
Su cuerpo yacía sobre una manta vieja, su cabello enmarañado con manchas de sangre. Una pequeña pero profunda herida en la nuca, oculta parcialmente por sus mechones oscuros, delataba la brutalidad del ataque. Un cuchillo, del tamaño de una daga, la había atravesado sin aviso.
Jungkook se llevó los dedos a los ojos, presionando los párpados con fuerza.
Había visto innumerables cadáveres. Como gánster, la muerte se convirtió en parte de su día a día. Hombres caían uno tras otro, cuerpos desmembrados, charcos de sangre. Se había vuelto insensible a ello.
Pero nunca había visto el cadáver de una mujer.
Nunca.
Y ahora, allí estaba ella. Y por primera vez en mucho tiempo, sintió algo que no quería admitir.
—Traigan una manta y cúbranla —ordenó con voz grave.
Uno de los hombres salió corriendo a cumplir la orden. Su lugar fue ocupado por Changbin, quien hizo un gesto a un sirviente que esperaba fuera del almacén.
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ALL FOR YOU ( KOOKMIN) 💜
RandomLas segundas oportunidades existen, y el amor es la base del perdon. Ambientada en el año 1955 Jungkook es el jefe de la mafia más grande de Busan, la cual fue heredada por su padre. Creció en un mundo donde la traición se paga con muerte y la famil...
스물 하나
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