Errante [JS/JiYoon]

25

El día siguiente amaneció gratamente cálido.

Yoongi seguía girando y girando la cabeza para admirar el paisaje, preguntando en cada paso si ya habían llegado.

Los pueblos resultaron ser cercanos unos a otros, lo cual era un poco...

El pálido no sabía si calificarlo como cómodo o inquietante.

Pensar en cómo debió sentirse, ver al pueblo vecino cercano ser atacado y devorado por bestias esqueléticas sabiendo que en la llanura de esos sitios no había nadie más que los ayude, debió ser terrorífico a su momento.

Sin embargo, Jimin parecía bastante ansioso y apenas Yoongi lo descubrió inquieto, se detuvo. Concentrándose en sujetarle el antebrazo como un apoyo mudo.

Era algo difícil detectar sentimientos ajenos a su propia persona, especialmente después de aislarse tanto tiempo. Pero trataba de hacerlo mejor.

Incluso empatizar era difícil, Yoongi se volvió muy consciente de cómo no solo su juventud y experiencias le fueron arrebatadas, sino que él mismo se encargó de destruir una parte de sus habilidades sociales al separarse completamente de cualquier interacción humana.

Estaba bien, aprendió a empatizar y pensarlo dos veces antes de actuar, aunque sea a las malas.

En cambio a él que buscó reprimirlo todo conscientemente, Jimin era completamente distinto. Tan suave, y frágil.

Yoongi solo quería protegerlo.

Por eso, cuando vieron el pueblo a una poca distancia y el castaño comenzó a acelerar los pasos, él no dudó en ir a su ritmo.

Porque estaba seguro de que él tenía las esperanzas destrozadas al ver el desastre que era ese lugar.

Jimin inhaló desordenadamente, girando el rostro hacia todos lados. El lugar no estaba destruido del todo, pero habían varias casas hechas trizas.

-Jimin...-Murmuró, tratando de ser escuchado y al mismo tiempo, mantener la calma.

Él siguió avanzando por las vacías calles, saltándose algunos escombros con pánico. A lo lejos, en un campo, pudieron observar  un esqueleto derribado, el que debió causar toda esa desgracia antes de ser neutralizado.

-A-aquí...

-No entres en pánico-Yoongi lo sujetó con fuerza de la muñeca, notando sus bellos ojitos brillando, y su pecho comenzó a apretarse.

El brillo que antes se debía a ilusión, ahora se transformaba en una profunda decepción.

Jimin se detuvo frente a una casa de madera, la cual estaba destruida por la mitad-Debía ser aquí-el tono era lúgubre, derrotado. Jimin dejo caer sus hombros pesadamente.

El pálido se interpuso frente a su vista, limpiando las delgadas lágrimas que cayeron por las rojizas mejillas ajenas, tratando de calmarse a sí mismo para no caer en el mismo pánico-Está bien, nosotros...Nosotros podemos arreglar esto.