METANOIA [My Demon] | ᴊ. ɢᴜᴡᴏɴ

Capitulo XVI

Soji duró pensando sobre la situación durante algunos minutos, era consciente de lo que hacía en el momento en el que lo hizo, por supuesto, los reporteros estaban allí, no se les escapaba absolutamente nada. Entonces, solo tenía una opción, llamar a Guwon y quedar con él, en ese mismo instante.

Probablemente DoHee estuviera utilizando su atuendo pero con otras intenciones, diferente a Soji, que llevaba puestos unos lentes negros para ocultar lo rojos que estaban su ojos al haber llorado de camino al lugar acordado.

-¿Por qué llevas gafas de sol de noche? - Guwon preguntó, posicionándose a su lado famosa o qué? ¿Te crees

-Lo soy. Ahora un poco más gracias a ti. Entonces, ¿cómo podría no utilizarlas? - sacó su teléfono, mostrándole la página web donde salía lo ocurrido.

-Me han difuminado. Mi cara les habría dado más...

-¿Por qué me rechazaste tan rápido, Guwon? Posiblemente te intimidaba mi estatus y no querías quedar como un esnob o algo así. Lo puedo entender por muchas cosas. Aún así, después de todo, agradecería una explicación.

-Como te dije, pienso seguir soltero.

Soji suspiró, quitándose los lentes, se sentía extraño llevarlos de noche -. Y yo también pienso hacerlo.

-Entonces, olvidémoslo todo.

-Te agradezco la oferta de olvidar algo ciertamente embarazoso para mi, pero desgraciadamente, todo el mundo ya lo sabe.

-Pero, ¿por qué me elegiste a mi, Soji? ¿Por qué me elegiste a mi de entre toda esa gente? - la pelinegra se quedó en silencio, honestamente ni ella lo sabía -. No me digas que es verdad. Lo de esa película...

-¿Ah? ¿A qué te refieres ahora?

-Los humanos son más sinceros en sueños.

-Yah, te dije que no lo dije en serio, recuérdalo.

-¿Y por qué debo acatar tus inexplicables y extrañas propuestas? Encuentra a alguien que quiera casarse contigo, sin preguntas.

-No te preocupes por eso. Aunque fueras en última hombre en esta Tierra, no me casaría contigo.

-Menos mal- ella asintió, dándose la vuelta para empezar a caminar con intenciones de irse -. Te Ilevo, Soji.

-¡Olvídalo!.

-¿Y si te vuelven a atacar con ácido? ante esa pregunta, la chica se detuvo, recordando aquel momento, por lo que regreso caminando directamente hacía el auto.

Como solía ser, el auto iba en completo silencio, esta vez, la pelinegra había tomado el lugar del copiloto, todo para evitar que Guwon iniciara con sus preguntas del por qué no ocupaba dicho lugar.

-Toda la culpa la tiene tu nombre — susurró Soji de manera audible —. Primero, en el mar, y luego hoy. “Salvación”. Es demasiado encantador para mi.