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¿Y si el mejor piloto de los últimos años en realidad no es "el"? ¿Y si el mejor piloto en realidad esconde algo más? ¿Seguirí...
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▶『 Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos』
26 de Noviembre, 2023
Al abrir los ojos esa mañana cuando la alarma sonó supe que debía darle un final a esta rivalidad. Al final del día era inevitable, uno de los dos saldría lastimado y el otro victorioso. Solo era cuestión de tiempo y aunque lo amara en verdad, yo no planeaba ser la que salga de aquí con el corazón entre las manos.
Max no me envió demasiados mensajes ese fin de semana como solía hacerlo, de hecho el día de la carrera ni siquiera hablamos, de haberlo notado en ese momento me hubiera distraído completamente preguntándome porqué pero no lo note y estaba agradecida por ello porque no podía tener la mente en otro lado que no fuera la carrera. Supuse que él igual. Desperté temprano y me instalé en el gimnasio con Sarah entrenando lo más duro posible, resistencia, reflejos, pequeños ejercicios para mi muñeca, entre otras cosas. Me sorprendía cómo si bien el dolor no había desaparecido por completo, tampoco era preocupante. Mi madre llegó alrededor del mediodía y almorzamos juntas en el hotel con Jean.
"No voy a mentirte, estoy muy entusiasmada" comentó mi madre sin poder ocultar su sonrisa.
"Lo sé, llevas la misma expresión desde que llegaste. Deberías calmarte, te ves peor que Jean" bromeé yo y ambas rieron. Era realmente emocionante tenerla ahí conmigo después de todo. Verla a los ojos y ver todo el sacrificio, todo el trabajo, todo lo que tuvimos que pasar juntas teniendonos solo la una a la otra.
Me quedé unos segundos mirándola fijamente antes de extender mi mano sobre la mesa para tomar la suya y mi madre me sonrió con los ojos nostálgicos, con sus lagrimas acumulandose en ellos.
"Gracias, mamá" agradecí y ella cerró los ojos intentando no perder la compostura en un lugar público. Jean pasó una mano por su espalda consolandola y yo apreté su mano para que me observe. "Gracias por todo, mamá. No sería absolutamente nadie sin ti. No habria ningun Capri Persson si tu no hubieras creído en mí antes que nadie" sentí nuestras manos temblar. "Gracias por ser quien se quedó cuando hasta yo tenía ganas de abandonarme. Y perdoname por hacerte llorar tanto, por forzarte a dejarlo todo por mis sueños, por hacerte creer que no eras perfecta. Eres la madre que pediría si volviera a nacer. Gracias por siempre hacer lo mejor que pudiste, ahora déjame hacer lo mejor que puedo por ti, déjame enseñarte el fruto de todos tus sacrificios."
Mi madre apretó mi mano con fuerza derramando sus lágrimas con una dura sonrisa en el rostro intentando ahuyentar esa angustia que se había sentado en su pecho tan rápida y repentinamente.
"Capri" me nombró con sus manos. "Eres la mujer más fuerte que conozco y saber que eres mi hija es mucho más de lo que cualquier madre podría pedir. Ahora deja de perder el tiempo y ve a ganarles y demostrarles lo que es correr como mujer. Algún día lo sabrán y tendrán que aceptarlo porque hay cientos de niñas que esperan crecer con un ejemplo como el resto de los niños" beso mi mano y le dio unas pequeñas palmaditas como motivación. Jean y yo nos despedimos de ella al terminar de almorzar y salimos para el recinto sin pensar que seria la ultima vez que ingrese al circuito sin que nadie lo note.
