58 // it's not easy to know

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▶『 Texas, EEUU 』

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▶『 Texas, EEUU 

Octubre, 2023   

Cuando abrí los ojos la luz de la linterna que una de las enfermeras enfocaba sobre mis ojos para controlarlos me tenso el nervio completamente. Tenía un gusto agrio entre los labios y el oxígeno ya no era pesado y caliente, era fresco y liviano. Jean, Franz y John se encontraban sentados en la misma sala a la espera de cualquier movimiento o señal, así que cuando abrí los ojos en la camilla los tres se apresuraron en levantarse.

―Ya está estable, va a necesitar seguir hidratándose―comentó la enfermera del equipo y mire un punto fijo del techo pulcro y blanco brillante sobre mi mientras les informaba que había sucedido. Se convirtió en algo muy común entre pilotos esa carrera, pero que sea común no significaba que estuviera bien. No era la única que se había desvanecido o había sufrido un tremendo malestar luego de Qatar, fuimos varios pilotos las víctimas de un circuito como ese.

Pero despertar era darme cuenta de cómo las cosas habían terminado. Aguante lo que pude y llegue en quinta posición detrás de Russell. Max había ganado y se subió al podio a festejar como si el resto de nosotros no estuviéramos a un aliento más de morir deshidratados, a nadie le importaba realmente. A todos los vistieron, les pusieron sus medallas y los mandaron a saludar y sonreír, Max principalmente que era quien había ganado la carrera. Estaba diez puntos sobre él, pero igual sonreía como si ya hubiera ganado todo el campeonato. No lo culpaba, había caído muy bajo y luego de eso me había desvanecido por completo. Yo hubiera sonreído de la misma forma si lo veía caerse hace un año. Ahora solo sentía cierta empatía, cierta preocupación por cómo se encontraba después de la carrera. Ahí estaba mi regalo para su cumpleaños, otro podio que merecía ganar.

Mentiría si dijera que el calor fue el único factor que me perjudicó esa noche. La muñeca tambien me dolía bastante como el tobillo que antes de la carrera había estado sumergiendo en hielo todo el fin de semana. Pero los daños no eran solo físicos. El martes, cuando hable con Christine pude reconocer que había algo más en la ecuación que me estaba saltando, y Christine tambien lo comprendió bajando la mirada con un suspiro pensativo al darse cuenta. Hizo un profundo silencio recomponiendo las fuerzas para admitirlo.

―El cuerpo tiene un límite, Capri. Este tiende a colapsar ante demasiado estrés. 

―Estoy haciendo lo que puedo.

―Eso lo sé―asintió lentamente. ―La noticia con McLaren, el tema de los equipos, tu relación con Max, el campeonato... Todo eso se suma y aunque no lo creas, tu cerebro no se lo cobra a nadie más que a tu cuerpo. No tiene otra manera de hacerte entenderlo―explicó. Ambas nos observamos en silencio como si tuviéramos una conversación interna que no estaba muy segura que compartieramos. ―Creo que sabes lo que significa.

―Si... lo sé―acepte en un ligero susurro desviando mi mirada hacia la ventana que tenía su consultorio para ver las calles de Faenza. 

Ya sabía lo que debía hacer. Todo el estrés de esos meses me estaba costando mi propia salud.

Capri Persson ⸻ F1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora