Proteger a la gente es el principal objetivo de un héroe. Para Katsuki, cuando sale a la calle para enfrentarse a los posibles villanos, su cabeza le dice que ese también es su principal prioridad como estudiante de la U.A. y futuro héroe. Pero, su...
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P.O.V. Narrador.
Por toda la ciudad de Orario, se estaban empezando a agrupar gente de todo tipo. Algunos en las plazas, otros en los diferentes locales que había en la ciudad e incluso otros dentro del gran coliseo. Todos estaban ansiosos por el mismo motivo: el inicio del Juego de Guerra entre la Familia Hestia y la Familia Apollo. Pero, no solo los aventureros y ciudadanos estaban reunidos para ver semejante acontecimiento. Dentro de la Torre de Babel, gran cantidad de dioses estaban sentados en una enorme sala mientras hacían apuestas sobre el posible ganador del enfrentamiento.
Entre estas deidades, destacan principalmente Apollo y Hestia, sentados en sitios opuestos de la sala. El primero, con una sonrisa burlona relamiéndose ante la que cree que es una victoria fácil; mientras que la segunda estaba mostrando una actitud serena, a pesar de la mirada de todos en la sala y los continuos murmullos que aseguraban su derrota. Pero, esa tranquilidad se rompió cuando Loki se sentó a su lado con una enorme sonrisa burlona.
— ¿Nerviosa, loli tetona? — Hestia gruñó e intentó ignorar la presencia de la otra diosa, pero fue imposible cuando Loki empezó a repetir sin parar la pregunta.
— ¡Para ya! — la diosa de las travesuras rio como loca al lograr su objetivo, pero se fue calmando poco a poco bajo la atenta mirada de la diosa del hogar. — ¿Ya has acabado?
— Pues la verdad es que sí. — Loki suspiró y, tras limpiarse una pequeña lágrima que se le había escapado, suspiró más tranquila. — Pero, aún no has respondido a mi pregunta.
— Pues claro que estoy un poco nerviosa. — admitió Hestia a la fuerza. — Pero confío en mis hijos.
— Oh, es verdad. Al parecer tienes unas nuevas incorporaciones en tu familia. No lo había visto venir, ya sabes, con lo vaga que eres, ¿quién se creería que fueras capaz de reclutar a gente?
— No estoy de humor para tus bromas, pecho plano. Si quieres decirme algo, hazlo y deja de soltar tonterías por esa boca sucia que tienes.
— Jeje, tú si que sabes cortarle el royo a una persona, vaca puritana. — Hestia rodó los ojos, pero se mantuvo atenta a lo que decía la otra diosa. — Pero bueno, solo espero que en vuestra estrategia mis pobrecitos no hagan todo el trabajo.
— Claro que no. — Hestia suspiró y miró al centro de la sala, donde Hermes se encontraba hablando con su capitana alegremente. — Pero no hace falta que confíes en mis palabras, lo verás con tus propios ojos.
— Uf, que borde. — rio Loki con una sonrisa. — Bueno, no eres la única que está esperando con ganas ver cómo sus hijos patean unos cuantos traseros soleados.
La conversación entre ambas diosas se interrumpió cuando el dios del sol decidió acercarse a ambas diosas.
— Vaya, vaya, Hestia. ¿Te despediste ya de Bell Cranel? Ya sabes, porque, cuando gane este Juego de Guerra y pase a ser mío, haré que te vayas de Orario. No, corrijo, del mundo inferior. — Pero, el dios fue ignorado completamente por Hestia, la cual solo le dio la espalda
