Capítulo 7: Héroes de Aventura

Start from the beginning
                                        

— Entonces, si recibisteis el falna ayer, supongo que no habéis entrado nunca al calabozo, ¿me equivoco?

— No te equivocas, Viridis-sempai. — respondió con una sonrisa Izuku. — Hoy teníamos pensado ir al Gremio a registrarnos y luego adentrarnos por primera vez al Calabozo.

— ¡¿Sempai?! — la cara de Lefiya se volvió totalmente roja de la vergüenza al escuchar a un joven que era claramente mayor que ella llamarle con tanto respeto. La elfa estaba tan avergonzada que se tapó la cara con las dos manos y se agitaba nerviosa.

— Lefiya, pareces un tomate, jaja. — se rio Tiona escandalosamente. — Creo que la habéis roto, jaja.

— Si es la primera vez que os sumergís en el Calabozo, lo mejor será que os acompañemos durante un rato. — propuso Tione mientras acababa de comer. — No quiero que dejéis en evidencia al jefe muriendo el primer día. — el cuerpo de Izuku y Katsuki tembló de miedo ante la expresión terrorífica y la clara amenaza que estaba dando la amazona. — Además, necesitaréis armas para poder entrar, y las del gremio no son de muy buena calidad. No pienso permitir que avergoncéis a nuestra familia y al capitán yendo por las calles con equipo de mala calidad.

— Tranquilízate, Tione. — susurró nerviosa Lefiya.

— Sería un honor que nos dejarais aprender de unas grandes aventureras como vosotras, Hiryute-sempai. — exclamó Izuku con una gran sonrisa de agradecimiento.

— No digas tonterías, Deku. No las necesitamos. — gruñó Katsuki tras tragar a la fuerza la última porción de su comida. — No necesitamos a unas niñeras.

— Pero, Kacchan. Podrían ayudarnos mucho.

— ¿Estás diciendo que no puedo luchar contra unos monstruos yo solo?

— ¡Claro que no Kacchan! No he querido decir eso. Solo digo que, nos vendrían bien algunos consejos. Hemos leído mucho sobre el Calabozo, pero nunca hemos estado dentro. — susurró Izuku mientras miraba a su amigo con ojitos de borrego. El rubio intentó decir algo en contra, pero el puchero de Izuku fue suficiente para que aceptara.

— Tsk, lo que quieras, Deku.

— ¡Gracias, Kacchan! — la sonrisa volvió a la cara de Izuku.

Las cuatro chicas que los rodeaban miraban a los dos chicos con diferentes tipos de rostros. Lefiya estaba totalmente confundida, mientras que Tione y Aiz se mostraban totalmente indiferentes. En cambio, Tiona los miraba con estrellas en los ojos y una gran sonrisa.

— ¿Sois pareja? — soltó directamente Aiz. La pregunta paralizó tanto a Izuku como Katsuki. El peliverde se sonrojó enormemente y empezó a negar con la cabeza y a mover los brazos de forma errática mientras tartamudeaba incoherencias a una velocidad tan grande que incluso los oídos de las aventureras de primera clase fueron incapaces de seguir lo que estaba diciendo. En cambio, Katsuki tenía un pequeño sonrojo, además de una casi inexistente sonrisa. Aunque, por mucho que evitó mostrar lo mucho que le había ilusionado el hecho de que los confundieran con una pareja, su cola de lobo lo traicionó vilmente agitándose velozmente.

— Vaya, y yo que creía que sí. ¡Os veíais tan adorables! — suspiró Tiona decepcionada. Tione rodó los ojos ante el comentario de su hermana. Está claro que una cabeza hueca como ella no sería capaz de leer la gran multitud de señales que estaban lanzando esos dos en ese momento.

— Si no queremos que se nos haga tarde, lo mejor será que salgamos — – comentó Tione mientras se levantaba.

— Cierto, sí. Vámonos. — el resto de sus compañeras se levantaron, dejando a los dos jóvenes en sus propias nubes. Cuando se dieron cuenta que se habían quedado solos, ambos hicieron el acuerdo silencioso de no hablar de lo que había ocurrido y se levantaron para reunirse con sus nuevas compañeras.

Is It Wrong to Try to Be a Hero in a Dungeon?Where stories live. Discover now