Is It Wrong to Try to Be a Hero in a Dungeon?

Capítulo 4: Anfitriona de la Fertilidad

— Es cierto. Vamos Izuku-san. Los clientes nos están esperando. — y, la pequeña humana que era unos 10 centímetros más pequeña que el peliverde, se llevó al nuevo camarero a rastras por la puerta, para total alivio de Katsuki.

A pesar de la vergüenza, Izuku fue totalmente capaz de llevar el ritmo como camarero. Para los clientes, resultó gratificante tener una "nueva camarera" que los sirviera; eso sin saber que, en realidad, era un hombre el que estaba debajo de ese vestido.

La noche fue avanzando con rapidez y el ambiente fue calentándose gracias a la rica cerveza que servía Mia en la barra. El alcohol jugó con la mente y el juicio de uno de los aventureros que estaban cenando en la Anfitriona de la Fertilidad, el cual, cuando vio a Izuku pasar por su lado, no dudó en deslizar su mano hasta su trasero y estrujarlo.

El contacto sobresaltó al conejo de pelo verde. Izuku se apartó totalmente asustado ante el sorpresivo acto; pero, a pesar de ver el rechazo en los ojos Esmeralda del joven, el aventurero se levantó para intentar convencer a la "nueva camarera" de pasar la noche con él en alguno de los hostales cercanos. Sin embargo, antes de que pudiera volver a poner su mano encima de Midoriya, este reaccionó por instinto y, moviéndose tan rápido como pudo tras todos sus entrenamientos, le hizo una llave al aventurero, tirándolo al suelo con fuerza. Luego, el peliverde se colocó encima y lo inmovilizó con fuerza.

Este acontecimiento llamó la atención de todos los del lugar, pero sobre todo a las camareras y a la misma dueña del local. Todas ellas sabían que su nuevo compañero no tenía falna y no pertenecía a ninguna familia. Pero, a pesar de no tener ninguna bendición, ha sido capaz de derribar a un aventurero con falna; aunque solo fuera de Nv. 1.

Pero, por mucha fuerza o técnica que hubiera demostrado Izuku, no pudo hacer nada cuando el aventurero intentó librarse del agarre del peliverde. La diferencia de fuerza era demasiada; por lo que al borracho no le costó nada apartar a Izuku y levantarse con el objetivo de darle una paliza al conejo de pelo verde. Pero, antes de que pudiera ponerle una mano encima, Ryuu y Anya se pusieron delante de su nuevo compañero y fueron capaces de intimidar al aventurero lo suficiente para retroceder un poco. Pero, no fue hasta que notó la mirada de Mia que el aventurero dejó un saco con dinero encima de la mesa y se fue del local.

— ¿Estás bien, Midoriya-san? Ryuu ayudó a levantarse al peliverde, el cual asentía con la cabeza.

— Lo siento, Lion-san. He montado un gran alboroto el primer día. — Izuku se rascó la nuca ligeramente adolorido, pero mucho más avergonzado.

— No ha sido tu culpa, Midoriya-san. No te preocupes.

— ¿Cómo has hecho eso, nya? — tan directa como siempre, Anya preguntó lo que todo el mundo quería saber, pero nadie se atrevía a hacer. — Eso ha sido increíble.

— No entiendo lo que quieres decir. — Izuku inclinó la cabeza confundido sin entender lo que quería decir la mujer gato.

— ¡Has sido capaz de derribar a un aventurero de Nv. 1 a finales de camino sin tener falna! ¡Eso es increíble! — los gritos de Anya hicieron que todo el local quedara en silencio y atento a la respuesta. Esto era algo inaudito y que era considerado imposible; por lo que una posible respuesta para esa situación sería una información muy valiosa para cualquier aventurero.

— Solo he tenido suerte. Es todo. Ese hombre estaba borracho y casi no se podía mantener de pie. Solo ha sido eso, suerte. — las palabras de Izuku consiguieron convencer a la gran mayoría. Esa era la respuesta más creíble. Solo había sido un acontecimiento fortuito debido a la suerte y el alcohol. Pero, las camareras y algunos de los aventureros más entrenados fueron capaces de ver la pequeña verdad que se ocultaba a simple vista. Todos habían visto la gran habilidad que había demostrado Izuku; su precisión, velocidad y agilidad de reacción. Esas cosas solo se obtenían con entrenamiento y una gran dedicación. Pero, decidieron dejarlo pasar. Es verdad que, a pesar de su gran técnica, el hecho de que el aventurero estuviera borracho había favorecido mucho a que Izuku fuera capaz de derribarlo.

Aunque, entre la multitud, había una diosa cuyo interés no había disminuido. Loki, la cual se había escapado de la Mansión Crepúsculo para beber alcohol, veía con los ojos totalmente abiertos desde uno de los extremos de la mesa. La diosa sonreía ligeramente; y no por la cantidad de alcohol que ya circulaba por sus venas; sino porque ese joven conejo hume había despertado por completo la curiosidad de la diosa. El acontecimiento no le había interesado mucho al principio, principalmente porque ya llevaba mucho tiempo visitando el local y sabía que sus trabajadoras no eran simples camareras. Siendo precisos, sin contar a la propietaria, que es una aventurera de Nv. 6, las camareras eran aventureras experimentadas de Nv. 4. Por lo que, cuando vio el jaleo desde lejos, solo creyó que era una noche normal en la Anfitriona de la Fertilidad. Pero, tras escuchar el grito de Anya, su curiosidad solo hizo más que crecer.

Loki no dejaba de observar al peliverde con mucho interés. Y, una idea loca cruzó su cabeza. Tal vez, podría ignorar la norma de su propia familia y reclutar a un aventurero novato; claro, si es que demostraba su valía con una prueba. La diosa ya estaba formando sus propios planes cuando por la puerta del establecimiento llegó uno de sus hijos. Este, al encontrarla, suspiró aliviado para luego obligarla a acompañarlo de vuelta a casa. Loki no estaba demasiado convencida, pero tampoco podía quedarse ahí mucho más tiempo. Sobre todo, cuando su hijo le contó que sus hijos volvían de la expedición mañana al alba. Por lo que, ligeramente resignada, la diosa se dispuso a abandonar el lugar.

Pero eso sí. Loki sabía que iba a frecuentar mucho más el restaurante, sobre todo para poder estudiar más a ese adorable conejo hume de pelo verde. Y, con una sonrisa, se fue en dirección a su residencia acompañado por su hijo.