Is It Wrong to Try to Be a Hero in a Dungeon?

Capítulo 4: Anfitriona de la Fertilidad

— Nunca había visto este plato. — murmuró la enana mientras lo analizaba con detalle. — Esperaba que hicieras alguno de nuestros platos, pero tampoco te lo voy a tener en cuenta. — Mia cogió una porción y se la llevó a la boca. La saboreó un poco y sus papilas gustativas saltaron de alegría. La enana sonrió y empezó a reír alegre; mientras que el cenizo mantenía su expresión indiferente. — Decidido, puedes trabajar aquí. Definitivamente, tus habilidades pagan una de nuestras habitaciones. — La enana se levantó y, tras comer otra porción de comida, le indicó a Katsuki que la siguiera. este asintió y fue llevado a una de las habitaciones del segundo piso.

La habitación no era muy grande, pero lo suficientemente agradable como para considerarla un lugar cómo para dormir. Esta tenía una cama individual ligeramente más grande de lo normal, un armario y un espejo. Pero, lo más destacable de esta era Izuku, el cual estaba sentado en el suelo con la espalda apoyada contra la cama y rodeado de los libros abiertos a su alrededor. Katsuki se sentó en un pequeño sitio que estaba libre y miró por encima algunas de las paginas que tenía a la vista.

— ¿Ya te los has leído todos? — Izuku se sobresaltó y miró a Katsuki sorprendido.

— ¡Ah, ya estás aquí, Kacchan! No me había dado cuenta de que ya habías llegado. ¿Cómo ha ido tu prueba? ¿Te han aceptado como cocinero?

— ¿Me infravaloras Deku? Claro que me han aceptado. Soy demasiado talentoso para que no lo hagan. — Izuku rio ligeramente y se giró emocionado hacia Katsuki.

— ¡Kacchan! No te vas a creer lo que he averiguado. — Izuku coge uno de los libros que estaban en el suelo sin dejar su sonrisa y lo deja en su regazo.

— ¿Ya sabes cómo funciona este mundo, o qué?

— ¡Sí, Kacchan! Bueno, más o menos. Solo he leído por encima, pero, todo es increíble. Parece un cuento de fantasía. — Izuku observa por unos momentos el libro, pasando páginas hasta que encuentra la que quería. Sonríe aún más y se la enseña a su compañero. — Según este libro, desde hace mucho tiempo, ha existido lo que ahora se conoce como Calabozo. De él salían hordas de monstruos que atacaban a la civilización sin descanso. Enfrentarse a ellos era muy complicado; y solo unos pocos lograban hacerles frente a algunos de ellos. Pero, todo cambió cuando los Dioses bajaron del Tenkai.

— Espera un momento. Cuando dices Dioses, ¿lo dices en serio? — Izuku asintió muy entusiasmado.

— Sí, son dioses de verdad. Los mismos dioses de la mitología. Amaterasu, Susanno, Tsukuyomi, etc. Es increíble, ¿no te parece? Estamos hablando de Dioses. Dioses de verdad.

— Deku. — dijo Katsuki con voz de advertencia. Izuku asintió, pero su entusiasmo aún era contagioso.

— Como iba diciendo, los Dioses bajaron del Tenkai hasta el Genkai, es decir, el Mundo Inferior. Y, para frenar el avance de los monstruos, los dioses le ofrecieron a la civilización su bendición, despertando el verdadero poder de las diferentes razas. Gracias a esto, fueron capaces de hacer frente a los monstruos y, con el paso del tiempo, llegaron al gran agujero de donde surgían estos y, encima de él, construyeron una gran torre para impedir que estos volvieran a la superficie. Y la llamaron Torre de Babel. Y, alrededor de la torre, construyeron una ciudad, a la que llamaron...

— Orario. — dedujo Katsuki pensativo. Izuku asintió alegre mientras Katsuki ojeaba el libro que le había pasado Izuku. — Entonces, supongo que las familias son personas que han recibido la bendición de un dios en concreto, ¿no?

— ¡Sí Kacchan! Las Familias son los demi-humanos que han recibido la bendición o falna del mismo Dios.

— ¿Demi-humanos?