Is It Wrong to Try to Be a Hero in a Dungeon?

Capítulo 4: Anfitriona de la Fertilidad

— Me da lo mismo. De igual forma, no creo que pueda sorprenderme. — Izuku rodó los ojos divertido y, tras avisar a Ryuu, esperaron a que les sirvieran.

La comida no tardó mucho en llegar y, Katsuki e Izuku estaban tan hambrientos que devoraron todo lo que les pusieron delante. No tardaron ni unos minutos en acabar la comida y, aunque aún no se sentían saciados, la escasez de dinero hizo que tuvieran que dejarse el estómago a medias. Ryuu se acercó a ellos para recoger los platos y, antes de que se fuera, Izuku la detuvo.

— Perdona las molestias, pero ¿podría pedirte un favor, Lion-san? — la elfa los miró con un poco de sospecha, principalmente por la expresión enfadada que tenía el hombre lobo rubio cenizo. Pero, al final acabó asintiendo, simplemente por respeto a Syr. — Verás, acabamos de llegar a la ciudad y, la verdad, es que no tenemos dinero para pagar una posada. Por lo que, quería preguntarte si podríamos quedarnos aquí. ¡No estoy diciendo que no vayamos a hacer nada! Podemos trabajar para ganarnos un techo durante unos días. Solo necesitamos un poco de tiempo para encontrar una forma de ganar dinero.

Antes de que la elfa pudiera contestar, una mujer fornida y de gran altura salió de la cocina y miró a los dos jóvenes con una pequeña sonrisa. Tanto Izuku como Katsuki tuvieron un escalofrío ante la presencia de la mujer. A diferencia de las otras personas con las que se habían encontrado, esta emitía un aura mucho más peligrosa de la que habían sentido antes. Solo pudieron mantenerse un poco tranquilos por la expresión sonriente y amable de la mujer.

— Si queréis dormir aquí, antes deberías decirnos cómo podríais ayudarnos. — Ryuu miró a su jefa y asintió.

— Os presento a Mia, la dueña del local.

— Es un placer conocerla señora. — Izuku sonrió agradablemente y luego señaló a su compañero. — Kacchan sabe cocinar muy bien y yo puedo ayudaros a limpiar; e incluso a servir las mesas.

— ¿Sabes cocinar? — Mia miró directamente al hombre lobo con una ceja alzada. El rubio solo asintió ligeramente mientras gruñía ligeramente. — Pues tendrás que probarlo. — Mia señaló a Katsuki directamente. — Tú. Sígueme. Ryuu, tú encárgate del conejito. Enséñale la que será su habitación. También dale un uniforme para esta noche.

— Sí, Mamá Mia. — Ryuu hizo un gesto hacia Izuku y este le siguió emocionado por ya no tener que preocuparse por tener un sitio donde quedarse.

La enana entro en la cocina acompañada por Katsuki y se encontraron con la chef de la Anfitriona de la Fertilidad. Esta es una mujer gato de pelo corto y castaño claro y ojos azules. Al igual que sus compañeras, llevaba el uniforme del local, siendo la gorra marrón encima de sus compañeras lo único que la distinguía del resto.

— May, deja que cocine un plato para probar si realmente sabe cocinar. Si lo hace bien, será tu ayudante esta noche. Si lo hace mal, tendrá que unirse a su amigo y ser un camarero. — Y, tras decir estas palabras, Mia se fue a la barra a atender a los clientes que pudieran llegar y a esperar el plato cocinado por su nuevo candidato.

— Hola, mi nombre es May. Es un placer conocerte, ...

— Bakugo. — respondió Katsuki mientras evaluaba los instrumentos del lugar. — Ahora, se de utilidad y dime donde están los ingredientes. — La chef miró extrañada al rubio, pero estaba tan agotada que decidió seguirle la corriente. Para su sorpresa, Katsuki se movía como pez en el agua en su cocina; además de que su habilidad era comparable a la suya, o incluso superior.

En media hora, tenía en sus manos dos platos de Katsudon que hizo que la boca de May babeara simplemente por su delicioso olor. Katsuki cogió uno de ellos y se lo entregó a May; mientras que el otro lo sacó de la cocina para entregárselo a la propietaria del local.