64 // how i deal with it?

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Michael no respondio nada en lo absoluto.

―No tengo miedo a fallar. Temo jamás lograrlo―suspiré pensativa.

―¿Por eso querías dejarlo? 

―En parte. Si me rendía, enfrentaría este gran miedo a no lograrlo, me lo quitaria de encima... Pero no quiero quitarme ese miedo realmente.

―Dicen que no eres las cosas a las que les temes, sino como las enfrentas―Michael mí miro de lado orgulloso de su frase y asentí pensando en aquello.

No era Abu Dhabi. Era como lo enfrentaba.

No era este campeonato. Era como iba a hacerle frente a esto.

Michael y yo continuamos hablando toda la tarde, y cuando comenzó a oscurecer, él dijo que debía irse para tomar un vuelo de vuelta a Alemania desde Milán. No quería que se fuera, pero lo que dijo al despedirse me hizo entender lo afortunada que era siquiera de tenerlo en mi vida.

―Espero que la próxima vez que te vea no sea para traerte de vuelta a las carreras. Espero que la próxima vez que te vea sea por otras circunstancias―deseó. ―Pero si no es así, siempre estaremos aquí, Capri. Eres familia y nosotros somos la tuya, nunca lo dudes. 

―Gracias, Michael―agradecí con el mentón en lo alto. ―Por todo.

―No―negó. ―No me lo agradezcas ahora. Guardate esos agradecimientos para cuando valgan la pena ¿Bien? Nunca lo olvides: un campeón es un perdedor que vuelve a intentarlo―recordó sacandome una sonrisa risueña de tan solo reconocer la frase. ―Volveré para seguir viendo ese auto, quiero conducirlo alguna vez en alguna costa italiana.

―Temo que si lo ve Mick primero, no tengas la oportunidad―rei despidiéndome de él entre risas y saludo a Stewart con masajes antes de subirse a su coche rojo. ―Siempre pense que tendrias un Mercedes―comente desde el portón señalando el auto con un gesto con la cabeza.

―Puedes sacar al hombre de Ferrari, pero no al Ferrari del hombre. Además es un clásico, deberías considerar vestir de rojo alguna vez.

―Rojo, azul, plateado o naranja... Creo que ninguno estará a la altura al final del día―bromeé y Michael rió negando con la cabeza.

―Oh, mírate. Una larga charla y ya te crees la gran cosa. Nos vemos luego, Capri. Cuídate. ―Lo observé irse con cierta nostalgia de quedarme sola con Stewart y asumi algo que nunca en la vida había asumido en realidad. 

La vida no sería fácil siempre. Pero tampoco seria dificil siempre.

No podía irme bien todo el tiempo, como tampoco podía irme mal todo el tiempo. Las cosas eran temporales y debía aprender a cómo llevarme bien con este sentimiento en mi interior.

Si, esta obsesión terminaría matándome algún día ¿Pero no es así como morimos todos? Nos obsesionamos con la vida silenciosamente antes de morir y eso nos mata. Si esta obsesión iba a matarme, entonces al menos significaba que había peleado por algo en mi vida, que tenia deseos y ambiciones. Que aun tenia esperanza.

Esa noche lo pensé bien y quise estar segura al respecto porque no quería volver a confundirme con respecto a lo que creía querer. Pensé en mi madre, en todo el trabajo que había hecho Michael conmigo ese verano, en Jean y todos estos años, en como John me apoyaba sin dudarlo. Pero más que nada pensé en mi.

¿En realidad quería dejarlo estando a tres carreras de descubrirlo? ¿O prefería descubrirlo y luego averiguarlo?

El lunes me arme de valor y tomé mi teléfono para hacer una llamada antes de hablar con Jean.

Capri Persson ⸻ F1Where stories live. Discover now