Sin siquiera perder tiempo en tomar medidas preventivas, desenvolvió delicadamente las vendas hasta que sólo quedó la gasa. Debajo, había una quemadura desagradable que cubría los restos de algo que nadie de su rango debería recibir jamás.

⁠ー¿Sabes por qué se hizo esto?⁠ー Su voz era más fuerte. ⁠ーEmily, habla.

Tratando de ocultar sus muecas de dolor, Emily recompuso su postura, le empezó a doler el pecho. ⁠ーNo es para los de nuestra especie⁠ー, susurró con voz quebrada. ⁠ーLos de nuestra especie no pueden ser contaminados como los demás.

La mayor asintió mientras retiraba la gasa, revelando una gran ampolla que envolvía los brazos de la menor. Desde la mitad de la palma hasta el omóplato, estaba hinchado y palpitante.

Una marca, que conectaba almas a través de velos, era un símbolo de esperanza y amor hacia los demás. Pero para ellos era una imperfección, algo que nunca debería suceder. Sólo sería doloroso, una traición a los caminos de su Padre por parte de los más altos rangos.

⁠ーNadie se enterará de esto⁠ー, continuó la mayor, agarrando un rollo de gasa. Estaba recién comprado, tras haber sido reabastecido por cambios de vendaje anteriores. ⁠ーSi alguien se enterara, esta sería la caída para ambas, Emily. ¿Quieres ir al infierno?

Con la mirada zafiro cayendo, Emily negó en silencio, sus ojos fijos en el suelo. Recordó las lecciones de cuando era más joven. Su hermana mayor se había centrado mucho en que el infierno era un lugar terrible. Donde las calles estaban bañadas de sangre, ardían incendios y no había leyes como su reino.

⁠ーEmily. ー La gasa fue presionada con fuerza contra sus ampollas no tratadas, casi provocandole lágrimas. ⁠ーTe hablé. ¿Qué haces?

⁠ーNo, hermana⁠ー. Emily apenas logra responder, tratando de ocultar sus emociones. ⁠ーDeseo quedarme aquí.

⁠ーDebes controlarte a ti mismaー Sera volvió a colocar la gasa en la caja y sacó las vendas. ⁠ー¿Cuál fue la primera lección que te enseñé?

⁠ーLos serafines fueron creados por la mano divina de Dios⁠ー, recordó en un susurro. ⁠ーSomos una belleza y gracia incomparables, los rangos más altos fuera de nuestro padre, su hijo y la virgen María.

Empezó a vendar fuertemente el brazo. ⁠ー¿Qué no debemos hacer?

⁠ーTener marcas de almas gemelas⁠ー. Emily no la miró a los ojos. ⁠ーNo está bien.

Los serafines más jóvenes sabían que se suponía que debían ser solitarios, sin siquiera conectarse con otros en sus filas. Centrarse únicamente en servir a Dios y a su pueblo, tener la marca de un alma gemela era mortal. Los llevaría a estar contaminados, posiblemente a ser consumidos por deseos y emociones que no eran correctos para ellos.

⁠ー¿Y qué pasó con el último serafín que tuvo marcas?

⁠ーL-Lucifer Morningsta, cayó⁠ー. Emily trató de contener las lágrimas, recordando la historia del primer ángel que había sacudido las raíces mismas de su santuario. La marca de su alma gemela era un diseño extenso en su espalda, vinculado a la primera esposa del primer hombre, Adam. A pesar de haber sido quemado, aún así cayó, cayendo de la manera más monstruosa. Y ahora era la encarnación viviente del mal y la destrucción.

⁠ーCubre tu fealdad⁠ー. La mayor dio un paso atrás y silenciosamente limpió el desorden, guardando la caja nuevamente en su lugar. ⁠ーDespués de eso, date la vuelta y levanta la parte de atrás de tu vestido, Emily.

⁠ーSí, hermana.

Inclinando la cabeza hacia abajo, Emily se movió lentamente para que su espalda mirara a la más alta. Con las manos enguantadas y temblorosas, se levantó el vestido, dejando las piernas desnudas y expuestas. Mientras se escuchaba el ruido sordo de la madera contra el metal, apareció Sera con una vara, una pieza larga y delgada que se usaba para los castigos.

❛ more than anything ❜ 𝓒𝓱𝓪𝓰𝓰𝓲𝓮Where stories live. Discover now