12- De corazón a corazón.

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Aquella pecosa miraba con molestia a ambas chicas, claro, después de regañarlas por media hora.

—Deben disculparse con ellas. —Ordena aquella granjera.

—¿Qué?—Se confunde la peliroja. Notando la mirada fría de aquella rubia. —Bien... —Bufó.

Rainbow Dash suspiró. —¿Es realmente necesario? Digo, ni siquiera estuve tan mal. —La pecosa la miró aún más molesta. —Bien... lo haré.

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La peliazul estaba más que molesta, no pensaba mirar hacia atrás.
Sabía que una granjera pecosa y de cabellera rubia la llevaba siguiendo al menos dos cuadras desde que salió de la universidad. La verdad, sino estuviera tan molesta por aquella pecosa se hubiera detenido, pero en cambio, decidió dejar que la pecosa caminé un tanto más.

Llegó hasta la siguiente esquina y se detuvo detrás de unas paredes, las cuales la escondieron de aquella pecosa, al menos hasta que ella misma se delató.

—¿A quién buscas?—Pregunta con obviedad aquella fina mujer.

—Aaa...n-nadie. —Respondió casi temblando y nerviosa, era muy mala mintiendo.

La peliazul arqueó una ceja interrogativa.

AppleJack suspiró. —Bien... lamento haberte seguido.

—¿Sólo eso?—Cuestionó.

—Y lamento lo que pasó ayer con Rainbow Dash y tus amigas. —Dijo, mostrándose bastante arrepentida y avergonzada.

Rarity le sonrió. —Sí pareces lamentarlo...pero ¿Cómo pudiste hacer eso?

Suspira. —No participé, pero sí fuí cómplice. Rainbow sólo quería presentarse con esa tímida chica, aunque a lo último no estuve muy de acuerdo, pero no pude detenerlas. Por favor, dile a ellas que también lo lamento mucho.

Rarity pareció pensar en algo, sonriendo genuinamente. —¿Sabes? A esa chica seguramente le gustaría ser amiga de Rainbow Dash. —Sonríe. —Aunque es demasiado inocente y dulce para tú amiga.

—¿Y si... Rainbow puede demostrar ser una buena persona?—Su contraria la mira incrédula.

—¿Y cómo lograrás eso? Sabes bien cómo es ella, no lo logrará. —Afirma.

—¿Quieres apostar? —Desafía acercándose al rostro de su contraria.

—Bien, si tu ganas ¿Qué?

—Entonces... saldremos a algún lado. —Sonríe de lado. —Y si tú ganas...

—Ya lo verás, lo dejo en duda hasta que gane.

—Acepto. —Afirma, mientras toca levemente la mejilla de su contraria, haciéndola sonrojar.

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Y ahí se encontraba aquella peliarcoiris, caminando con molestia de di misma. Mientras pateaba cualquier cosa que veía en la calle.

Iba pasando por un parque, cuando escuchó maullidos desesperados de uno de los árboles del lugar. Buscó y encontró un pequeño gato de color gris arriba de uno, el cual parecía tener lastimada una patita.

—Rayos pequeño... —Mira, sin tomarle mucha importancia. —Supongo que tendré que ayudarte a bajar, después de todo no tengo nada que hacer.

Empezó a escalar el árbol, casi resvalando en dos ocasiones. Pero finalmente logrando alcanzar a aquel felino y bajándolo con sumo cuidado.

—Oh, vaya... —Dijo observando de cerca la herida. —Parece que te lastimarte con alguna rama.

—Ou... ¿Tú... lo sacaste? —Preguntó en suave voz aquella pálida, la cual tomó de sorpresa a la más alta. —Iba por ayuda y no la encontré, gracias Rainbow. —Agradece, finalmente sonriendo.

La peliarcoiris se acerca a aquella pálida con el felino el sus brazos, entregandoselo.

—De verdad lamento lo de ayer. No quería que ella apareciera y te incomodara. —Suspira. —¿Podemos empezar de nuevo?—Propone extendiendole la mano, la cual la más baja acepta con dulzura.

Y mil veces más. [RariJack]Where stories live. Discover now