06- Dulce como la manzana.

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Y ahí se encontraban las polos opuestas, mirándose mutuamente mientras el silencio inundaba aquel departamento.

—¿Te gusta el café? Traeré para tomar.—Ofreció la peliazul.

—Prefiero el té, a decir verdad. —Respondió, Rarity asintió y caminó hasta la cocina.

La pecosa observaba más detalladamente el lugar, muy digno de la personalidad de Rarity, al menos de lo poco que conocía de ella. Observó especialmente una foto en cuadro en uno de sus muebles, en donde estaban ella y su pequeña hermana, Applejack reconocía a la menor, era amiga de su propia hermana menor.
La peliazul no tardó más de diez minutos hasta que llegó con las tazas.

La rubia lo probó suavemente, mientras que Rarity lucía con más elegancia en cada acto.

—¿Y aún estudias? —Preguntó la peliazul, dejando su taza de lado.

—Estudio Ingeniería comercial en la universidad Canterlot. —Esto último dejó a su contraria con los ojos abiertos de la sorpresa.

—¿Universidad Canterlot?—La rubia asintió. —Vaya... estudio ahí desde hace dos años y nunca oí de tí.

AppleJack rió. —No soy popular o algo por el estilo, prefiero pasar desapercibida, además ya estoy en mi último año.

Rarity asintió, entendiendo. —¿Y tú has oído de mí? —Pregunta haciendo ojitos.

—Rarity Belle, estudias diseños de interiores. —Menciona la pecosa, dejando boquiabierta a su contraria. —Es lo único que sé de tí. —Confiesa.

—No pasa nada, querida.

—A la abuela Smith le parecen bellos tus ojos y no paraba de hablar de ellos. —Menciona la pecosa. —Ahora que te veo de cerca entiendo el por qué. —Dice, haciendo sonrojar a la ojiazul.

Ambas se miran unos segundos, en cualquier momento podrían besarse y ninguna de las dos quería arruinar sus primeras impresiones.

—¡Caray! Mira la hora que es... —Exclama con fingida preocupación. —Tengo que volver a la granja. —Dice, levantándose del sofá y dirigiéndose a la puerta. —Supongo que nos veremos otro día. —Rarity la miraba confundida, sabía que sólo se excusaba, esa rubia no sabía mentir.

Ambas se encontraban ya en la puerta de salida, Rarity le sonrió a AppleJack y viceversa.

Rairty no supo de dónde sacó el valor, tal vez era el clima, el té, la camisa de AppleJack o su temperatura corporal que la traicionaron e impulsaron a besar sus suaves labios, agarrando con ambas manos el rostro de la pecosa.

Fueron más de cinco segundos, suficiente para Rarity que se encontraba confundida.

—Dulce como la manzana...—Dijo en voz baja la pecosa, procesando aquel beso inesperado.

Rarity reaccionó, o tal vez no. Lo pensó, no, no lo hizo. Simplemente la empujó para quedar fuera de la casa y cerró la puerta rápidamente, con mucha vergüenza.

Esperó unos segundos antes de volver a abrirla. Efectivamente, al hacerlo la rubia ya se marchaba en su camioneta.

Ay, Rarity!" Se reprochó a sí misma.

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La peliarcoiris no dejaba de reír a carcajadas después de escuchar los acontecimientos entre la pecosa y la peliazul.

—¡Mierda AppleJack, para mí que le gustó mucho tu beso! —Decía sin dejar de reír, burlándose de su amiga.

La pecosa sólo suspiró manteniendo la calma.

—Tal vez simplemente estaba muy avergonzada. —Dice la peliroja. —Al menos eso creo. —Ambas la miran.

—¡Ay Sunset! Arruinas el chiste. —Se queja la peliarcoiris.

—Pues al menos ella trata de alentarme. —Responde la rubia.

—¿Y no tienes ningún contacto con ella? Número o alguna red social. —Pregunta la pelimorada.

—No, Starlight. Apenas he hablado con ella.

—¿Rarity Belle? —Interrumpe Trixie. —Yo la conozco. Aunque, no sé si pueda darles información de ella... —Dice, jugando con su cabello.

Sunset Shimmer y las demás chicas le dirigieron la mirada a Starlight, la cual estaba totalmente sonrojada mientras no quitaba la mirada de la más pálida.

Y mil veces más. [RariJack]Where stories live. Discover now