09- Aquella mirada.

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La peliazul llegaba a la universidad como siempre, con una caminata elegante la cual le transmitía confianza a cualquiera que la viera.

Sonreía coqueta como de costumbre, mientras daba cortos vistazos a las personas que la rodeaban. Tantos ojos sobre ella, pero ningunos eran esos bellos ojos esmeraldas.

Admitía que le había dicho a la pecosa que olvidarían todo aquel beso, pero la única verdad ahí era que no se arrepentía de nada. No dejaba de pensar en sus ojos, en sus labios, en su sonrisa o en su cabello de oro mismo.

Sabía dónde se encontraría en ese momento, es por eso que caminó hasta aquel lugar. Efectivamente, allí se encontraba aquella rubia vaquera, con aquella deportista peliarcoiris y otra joven peliroja que conocía.

Se quedó plasmada al ver como la pecosa sonreía, de una manera tan encantadora (como lo describiría Rarity) que podría tomarle una foto e inventar un nuevo diseño con la sonrisa de inspiración. El sentimiento que la campirana le transmitía era indescriptible, pero algo en ella le decía que no era correspondido.

Su corazón latía una y mil veces cada que veía a aquella rubia, incluso de lejos esta le parecía la mujer más atractiva que pudieran haber visto sus ojos. Aunque claro, ella no admitiría estar loca por aquella rubia, mucho menos aquellos sentimientos.

-Si sigues mirándola así se dará cuenta de que te gusta. -Dice la pelimorada, sacando a la peliazul de su admiración.

Sugar Belle, la única persona en todo el mundo a la que le había dicho lo rara que se sentía con respecto a aquella rubia. Al principio estaba sorprendida o espantada, sin embargo, lo aceptó y apoyó a su amiga. No le importó el hecho de que le guste una mujer, sino la mujer que le gustaba.

-¿Alguna vez dije que me gustara? -Pregunta la peliazul con ironía.

-Mil veces... y sin palabras. -Comenta su amiga, sonriendo mientras sacaba a la peliazul de aquel escenario romántico. -Ella no te habla desde hace días, ¿no?

La peliazul asiente. -Desde que hablamos la última vez ya no me habla, sólo me sonríe cuando me ve. Supongo que está muy ocupada para acercarse a saludar. -Dice con cierto fastidio.

-Tal vez no quiera molestarte, Rarity. O tal vez... ya tiene pareja. -Supone recordando a aquella peliroja.

-¿Lo dices por Sunset Shimmer? -Su amiga asiente. -Querida, esa chica es más cercana a Rainbow Dash que a Jackie. La conozco porque estudió en mi preparatoria, junto a Twilight Sparkle ellas eran las más inteligentes... casi ¿amigas? -Menciona lo último dudosa.

Recordaba que ambas chicas tenían grandes rivalidades, pues competían todo el tiempo en lo académico. Aunque después de todo, Sunset nunca pudo tener aquel primer lugar pero siempre estuvo cerca.

-Rarity, mira. Fluttershy...

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Aquella deportista se encontraba en un plan de conversación con dos de sus amigas, del cual una de sus amigas sería participe y la otra cómplice.

-¿Y qué dices, Sunset? -Pregunta dándole leves golpes en el hombro a la peliroja.

-Después de como te trató Twilight, obviamente acepto. Sabía que era grosera, pero no tenía que meterse contigo. -Dice molesta.

-Miren, es el momento perfecto para actuar. -Menciona la peliarcoiris al ver al par no tan lejos de ellas.

-No lo sé chicas... a mí no me parece muy buena idea. -Dice AppleJack.

-Está bien, Applejack. No te obligaremos a nada, ¿Puedes por favor traernos malteadas de Sugar Cute Corner? Las de siempre. -La pecosa asiente, mientras sale del lugar.

La peliroja y la peliarcoiris se miran cómplices.

Sunset se acerca rápidamente al par, el cual no tuvo tiempo de reaccionar hasta que la peliroja las separo y se llevó a la se flequillo a los baños. Mientras que la pálida chica quedó un tanto asustada, mientras observaba a la peliarcoiris que ahora era su nueva acompañante.

-¡Suéltame rufián! -Exigía entre jadeos la castaña. Mientras era acorralada contra la pared del baño por la peliroja.

-Sigues igual de grosera que cuando estábamos en preparatoria. -Dice Sunset molesta.

-¡Y tú igual de estúpida! ¡Auch! -Exclamó al sentir el agarre de la peliroja más fuerte.

-¡Ups! Disculpa, señorita sabelotodo. -Decía con sarcasmo.

-¡Ya suéltame, segundo lugar! -Su contraria sólo sostuvo más su agarre, ocasionandole un leve gemido. -E-está bien... ya no te insultaré. -Dijo. Sintió como el agarre se hacía más suave. -¿Qué es lo que quieres?-Preguntó mientras observaba la puerta del baño abierta. -¿No te da miedo que nos vean así?

-En esta universidad hay más de tres baños, sin contar los del patio de adelante. Este es el menos usado debido a que es el más oscuro. -Dice observando el techo. Soltó a la castaña y volvió a hablar. -Sólo quiero entablar plática contigo, ¿es muy difícil?

La castaña la observó unos segundos, sin responder. Tan rápido como pudo esquivó a la peliroja e intentó salir del baño, pero la contraria fue aún más rápida y logró sostenerla y tirarla contra la pared, cerró la puerta del baño el cual quedó sólo con la luz de dos focos que servían.

-¡Maldita! -Exclamó molesta la castaña, mientras que la peliroja rodaba los ojos. -¡Ya déjame ir, rata!

-Eres muy mala insultando, ¿Sabías? -Dijo mientras volvía a acorralar a la más baja. Suspiró. -No voy a hacerte daño, no tengo razón.

-¡No te pregunté, tonta! -Exclamaba molesta.

Era insulto tras insulto, aquella castaña no cerraba la boca y a Sunset le estaba empezado a hartar.

Finalmente parecía que la más baja se había callado, estando un momento en silencio. En donde ambas se miraban a los ojos, una con más odio que la otra.

-Estúp-

Sunset no la dejó hablar. Había cerrado sus palabras en un rudo beso. Mientras con una mano sostenía las de su contraria, con la otra la agarraba del mentón.

La castaña no tardó mucho en querer resistirse, así que Sunset separó sus labios unos centímetros, dejando tomar aire a ambas.

-Te odio. -Decía la castaña, para nuevamente juntar sus labios con la más alta y dar una mordida no tan fuerte sobre ellos, dejando así una leve herida.

-Mmh... -Jadeó al sentir el leve dolor. -Yo te odio más.

Seguían besándose sin nada de gentileza entre ellas, tratando ambas de tomar el control. La peliroja bajó la mano que acorralaban las manos de la castaña y llegó hasta sus piernas, apretandolas sin piedad. Esto ocasionó gemidos de la más baja, la cual no paró después de sentir como aquella mano se posicionaba entre debajo de su falda.

-¡Por favor, Fluttershy! Déjame explicarte. -Escucharon ambas rivales, las cuales detuvieron su acto rápidamente al reconocer aquella voz.

-No puedo creerlo, me estabas distrayendo mientras esa vagabunda molestaba a mi amiga. -Dijo indignada la castaña, saliendo del lugar antes de que Sunset pudiera hablar.

La peliroja la siguió, al estar ambas a fuera pudieron ver todo un acto.

Y mil veces más. [RariJack]Where stories live. Discover now