07- Excusas.

262 22 3
                                    

La peliarcoiris miraba la escena con diversión. Todas ahí sabían que a Trixie le gustaba Starlight y aunque esta negaba corresponder sus sentimientos, no podía ocultarlo después de un tiempo. Cada que veía a la más pálida se sonrojaba y se ponía más nerviosa de lo normal, además de que siempre la miraba de una manera diferente.

—¿Y qué me cuentas, Starlight?—Preguntó, aún coqueteando con su cabello.

—Ah... Nada. —Respondió sin más. Tratando de disimular los nervios.

—¡Oh, vamos Starlight! Ella sigue detrás de tí desde que te vió. —Exclama burlándose de la situación la peliarcoiris.

—Al menos acepta para ayudar a AppleJack con Rarity. —Insiste Sunset.

Esto deja pensando a Starlight y mira a la más pálida nuevamente, la cual le sonríe y hace sonrojar aún más a la pelimorada.

—¿Qué te parece este fin de semana? —Preguntó la de cabello claro.

—Me... —Dice bajando la voz. —Encantaría. —Finaliza, devolviendole la sonrisa.

Ambas no dejan de mirarse, hasta que se ven Interrumpidas por una pelirosa en patines y abucheos de parte de todas las presentes.

—¡Pastelillos de chocolate aquí! —Exclamó aquella pelirosada, dejando la bandeja con estos en la mesa. —¡Wuuu! ¿Esto es algún tipo de declaración? Porque amo las declaraciones. —Comenta emocionada.

—Algo así, Pinkie.

●●●

AppleJack había visitado dos días de la semana el departamento de Rarity, los cuales curiosamente ella estaba ausente.
Para su buena suerte Trixie le había dado información de otro lugar en donde podría encontrarla ese día.

La rubia tocó la gran puerta, hasta que se asomó una elegante mujer y la miró de arriba a abajo.

—Buenas tardes, ¿aquí son los talleres de costura y moda?

—Así es, jovencita. Aunque lamento decirte que las nuevas no vienen a este horario. —Dice la mujer.

—No vengo por eso, sólo... quería observar su trabajo para una investigación en mi universidad. —Miente la pecosa, llenándose de nervios.

—Claro...—La mira con desconfianza. —Entra.

La rubia sigue a aquella fina y elegante mujer dentro del lugar, en donde observa unos cuantos salones con paredes de vidrio, dejando ver a los jóvenes y mayores dentro en diferentes proyectos.

—¿De qué universidad dices que vienes?—Pregunta la mujer, sin dejar de caminar.

—De la universidad Canterlot. Mi nombre es AppleJack. —La mujer le sonríe.

—Un gusto, yo soy Fleur de Liz. En este lugar tenemos a varios universitarios de Canterlot. —Comenta, sin dejar de observar detenidamente a la rubia. —¿Eres de la familia Apple, no?

—Así es, señorita. —La mujer sonríe aún más.

—¡Que encanto! —Exclama con emoción. —Conozco a la señora Smith desde que yo era una niña, mis padres son conocidos de ella. No tuve la oportunidad de volver a hablar con ella, pero me alegra que estés aquí para hacerle mandar mis saludos. —Decía emocionada.

—¡Por supuesto que sí! Yo le mando sus saludos, usted no se preocupe. —Contestó la rubia, siguiendo la emoción.

La pecosa entablaba conversación con la mujer, sin dejar de ver los salones con atención, esperando encontrarse con aquella peliazul que buscaba.

—¿Buscas a alguien?—Preguntó con curiosidad la mujer alta al notar a la rubia pecosa observando a cada persona.

—¿AppleJack?

La mencionada se gira, encontrándose con aquella mujer que tanto esperaba encontrar.

—Rarity... —Susurra, sonriendo a la peliazul.

—¡Que encanto! Ustedes se conocen. —Afirma la mujer alta.

La peliazul se sonroja levemente al no esperar lo sucedido.

—En ese caso, las dejo conversar veinte minutos, Rarity tiene que renaudar su actividad. —Ambas asienten.

Tanto la pecosa como la peliazul caminaban sin mirarse, lado a lado, sin topar ni rozarse.

—Sé sincera Rarity, ¿me has estado evitando? —Cuestionó la pecosa, poniendo nerviosa a la más pálida.

—¿Qué? Am... —Suspira profundamente. —Está bien, lo siento. Si, te he estado evitando. —Afirma.

—¿Y por qué? ¿Hice algo mal? ¿Es por lo de la última vez?

—No sé... no tengo excusa... —Dice casi en susurro.

—No, Rarity. Es que no quiero excusas. —Dice firmemente, volviendo a su semblante suave al notar lo triste de la más pálida. —Lamento si te incomode...—Dice sonriendo levemente, sin dejar de mirar a los ojos azulados. —No te estoy mintiendo, Rarity. Devuélveme este favor.

Y mil veces más. [RariJack]Where stories live. Discover now