3∆ Bonnie & Clyde

176 15 1
                                    

"Pero cuándo estás llorando

Atraes la lluvia

Así que deja de suspirar, nena"

Oh, Oshún.

-Naima. -me nombra.

Schratter se coloca delante mío interponiéndose entre el mundo y yo otra vez para que así pueda seguir llorando a mi antojo.

-Y sé feliz de nuevo, lo sé. -me digo a mí misma, entre sollozos. Pero oírlo cantar esa canción ha abierto el grifo del llanto, y ya no puedo controlarme más. -Lo intentaré, ¿vale?

-Eso estaría bien.

-Él me quiere tanto. -le aseguro, e intento sorber mi propio llanto para no seguir actuando como una niña pequeña a la que han arrancado de los brazos de su madre. -Si tan sólo yo...-me interrumpo. Mi rostro lloroso se hunde en su espalda, una espalda a la que podría aferrarme por el resto de mis días. -¿Por qué no puedo llorar sin sentirme culpable, oficial? Sólo cuando llueve, una debería poder llorar sin sentirse juzgada. Porque quién va a saber si eres tú, o es el cielo el que se está derrumbando sobre tu cabeza.

-Entonces, hazlo hasta que te canses.

¿Sería extraño decir que, por un instante, me he imaginado a mí misma amándolo?

-Tengo frío.

-¿Quieres una manta? -me pregunta, aunque se dirige al asiento trasero del coche patrulla, abre la puerta y saca una manta marrón. -Olvidé que tenía una, lo siento.

-¿Y tú?

-Aún estoy de servicio. -responde. Y me invita a sentarme dentro del coche patrulla para resguardarme de la lluvia. -Creo que estarás mejor aquí.

-Gracias.

No estoy mejor, y, además, estoy en esa etapa de mi vida que siento que no lo estaré jamás, pero esta manta huele a él y eso hace que se me caliente el corazón.

-Buscaré a alguien que te revise esos golpes, amor. -le oigo decir, pero, me apresuro en detenerlo. Al instante, me reprendo a mí misma por mostrar tan abiertamente que lo necesito a mi lado, más de lo que estoy dispuesta a admitir. -¿Qué sucede?

-No quiero que nadie me toque.

-No me gusta esa herida del labio, ni la de tu mejilla. -comenta, un tanto preocupado.

-No te vayas.

-Sólo será un momento. -me asegura.

-No te vayas de mi lado, Schratter.

No deseo que nadie distinto a él se acerque o me toque, tan sólo desearía revivir una y otra vez el calor que Schratter me produjo al interponerse entre Larsson y yo.

-Oficial.

-Enseguida regreso, Naima.

Schratter se acerca al joven oficial que lo reclama a un par de metros de distancia del coche patrulla.

✨Naima✨Where stories live. Discover now