Cuatro Ovejas Y Un Ternero

Start from the beginning
                                    

— ¿Te quieres casar con Tana?

— Quiero morirme de vieja a su lado — Ruslana se apartó — Si es que ella quiere, claro.

— Pues claro que va a querer — Chiara dijo, notando el cambio de humor en su amiga — Seguro que consigues enamorarla.

— No sé, Kiki. Llevo años intentándolo y solo ha tenido ojos para Roberto.

— Confía, Rus.

— Vale — Ruslana asintió — Yo confío.

— Así me gusta — asintió Chiara — Confiando es como conseguí ligarme a Violeta.

— Ni tú sabes como te ligaste a Violeta.

— Ui que no — Chiara sonrió de forma coqueta — Le dije Hello babygirl y se le cayeron las bragas.

— Loca — Ruslana dijo, cogiendo otro trozo de brownie del tupper. Solo quedaban otros tres trozos más.

— ¿Crees en la reencarnación? — Chiara preguntó, tras un momento de silencio. Ruslana se quedó callada, pensando en su respuesta.

— Sí — Ruslana dijo — Es la única explicación a porqué estoy siempre tan cansada. Debo de tener un alma vieja. De esas que han vivido mil vidas. ¿Y tú?

— Creo en ella — Chiara dijo — ¿Y sabes qué más creo?

— ¿Qué?

— Creo que en otra vida tú y yo fuimos amigas.

Ruslana se la quedó mirando — ¿En serio? — pestañeó.

— Sí — Chiara asintió, la mirada perdida en el infinito — Tú y yo... besties, Rus.

Ruslana la miró, conmovida por sus palabras, y le ofreció otro trozo de brownie.

— Besties.

— ¿Dónde consigues la maría? — Chiara preguntó.

— ¿Quién es María?

— No sé — Chiara se encogió de hombros — No conozco a ninguna María.

— ¿Y porqué hablas de María? — Ruslana preguntó, golpeando su hombro.

— No he hablado de María — Chiara se defendió — Tú has hablado de María.

— Yo no he hablado de María — Ruslana dijo — Tú me has preguntado dónde consigo a María.

— ¿Y cómo es que conseguiste a María? — Chiara le dedicó una mirada de sospecha — ¿La secuestraste?

— ¿Con estos brazos? — Ruslana levantó su brazo e hizo fuerza, consiguiendo que se marcase levemente su bíceps.

— ¿Traficas con personas? — Chiara preguntó en un susurro.

— No.

— Joder. Joder — Chiara se apartó de Ruslana — Tía, no me jodas. Quieres venderme al mercado negro, ¿verdad?

— Me pregunto cuando valdrías — Ruslana le dedicó una mirada analítica — Eres mona.

— Cuatro cabras, espero.

— No, no — Ruslana negó, agarrando los hombros de Chiara — No te infravalores, Kiki. Tú vales al menos un buey.

— ¿Tú crees?

— No aceptaría menos por ti.

— Jo, gracias — Chiara sonrió, pero al instante se puso seria — Puedes hacer lo que quieras conmigo, pero deja a Violeta en paz.

Mentiras de Jarabe | KiViWhere stories live. Discover now