Gibraltar Español

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— Muchas gracias a todos por venir — Tana dijo, elevando su copa de champán. Estaba de pie en el pequeño escenario que habían montado sus primos esa misma tarde, con un proyector apuntando a la sábana blanca que tenía a sus espaldas.

Chiara silbó, aplaudiendo. Violeta la miró con una sonrisa — Deja de beber, Kiki. Que te vas a emborrachar.

— Soy inglesa — Chiara dijo, bebiendo de su copa de champán — Aguanto bien el alcohol.

— Muchos habéis venido desde muy lejos — Tana dijo, acercándose más el micro hacia su boca. Se paró delante del ordenador que había sobre la mesa, y suspiró — Os lo agradezco de corazón. Y a ti, cariño... — Roberto se levantó, mirándola con una sonrisa — Qué decirte que no sepas.

— ¡Te quiero! — gritó Roberto, haciendo que varios de sus familiares rieran alegres ante la muestra tan despreocupada de afecto.

— Ai, Robertito... — Tana dijo — Bueno, a todos los que se han tomado la molestia de venir aquí, os quiero pedir perdón — el público se quedó callado, esperando que la chica continuara — Os pido perdón por haberos hecho venir por nada.

— ¿Qué dice? — Juan preguntó, mirando a su esposa.

— Y con eso me refiero a que no va a haber boda — Tana dijo, dándole a una tecla del ordenador — No la va a haber porque Robertito es un hijo de puta infiel.

Todos los familiares se quedaron atónitos mientras miraban el video que Violeta había grabado. Por los altavoces que el primo segundo de Roberto había instalado en el cortijo, se escuchaban las voces de Chiara y Violeta.

¡Hijo de puta! La ha besado. Será cabronazo.

— Joder — Violeta dijo, llevándose las manos a la cara — Qué vergüenza.

Mi brazo no tiene la culpa.

— Tendríamos que haberlo muteado — Chiara dijo.

Menudo sinvergüenza.

— Dios — Violeta dijo, llevándose la mano a la garganta — ¿Tan aguda tengo la voz?

— Solo cuando te cabreas.

En medio de toda la plaza, además. Hombre tenía que ser.

— Vale, muy bien. Ahora toda tu familia sabe que soy misandrica.

— ¡Ese no es mi hijo! — la madre de Roberto se levantó de la mesa, con una mano en el pecho.

— Señora, a ver si le van a tener que operar otra vez de cataratas — Tana dijo.

— A mi mujer no le hables así — dijo el padre de Roberto.

— A mi hija no la amenace, Javier — Juan se levantó de la mesa, yendo hacia la de los familiares directos de Roberto — O te meto una hostia que te voy a tener cagando dientes tres meses.

— ¿A mí? — Javier dijo, levantándose — ¿A mí me vas a pegar tú?

— No me hace falta — Juan se puso frente a él — Con que de un susto, te peta la patata.

— Hijo puta — Javier dijo, agarrándole de la chaqueta del traje — Sabía que tu hija era poca cosa para mi Roberto.

— ¿Qué has dicho de mi cuñada? — Chiara dejó la copa en la mesa y se levantó — Con mi cuñada no, motherfucker.

— Que se calle ya la inglesa — uno de los primos de Roberto dijo.

— ¡Ignacio! — Violeta se levantó — Deja a mi novia en paz.

Mentiras de Jarabe | KiViDonde viven las historias. Descúbrelo ahora