Mentiras de Jarabe | KiVi

Chocolate con Pasas

— ¿Te puedo besar? — Chiara preguntó, en un susurro.

— ¿Me comiste el asunto ayer y ahora me preguntas si me puedes besar?

— ¿Eh? ¿Qué asunto me comí?

— El coño — Violeta dijo, uniendo sus labios. Le supo a poco, así que volvió a besarla, y cuando se separó Chiara la empujó contra la encimera y la besó con fuerza.

— God, me vuelves locas — susurró, agarrándola del cuello y besándola de nuevo. Llevaba meses esperando ese momento, esa libertad de simplemente poder besarla porque quería.

— Mm — Violeta introdujo su mano bajo la camiseta de Chiara — ¿Aún te duele la mano?

— ¿La mano? — Chiara miró su mano, que aún estaba algo inflamada por el golpe, y después miró a la bolsa de guisantes, solitaria en la mesa mientras se derretía lentamente — Ni me acordaba.

— ¿Quieres que te de un motivo para que te duela otra vez la mano?

— ¿Vas a volver a dar un portazo en mi mano? — Chiara preguntó.

— Para empezar — Violeta se apartó, agarrando la mano accidentada con delicadeza — Fuiste tú la que puso la mano cuando yo la estaba cerrando.

— Estaba desesperada. Te fuiste muy dramáticamente.

— Estaba dolida — se excusó Violeta, con las mejillas sonrojadas — Pensaba... Que eras una pelandrusca.

— Las palabras raras a partir de las doce de la mañana o no te voy a entender.

Violeta negó, elevando la mano de Chiara para besarla — Significa facilona. Ya sabes... womanizer.

— Ah. Pues muchas gracias, guapa. Menuda imagen tienes de mí.

— Bueno, ¿otra vez con lo mismo? — Violeta se estiró para coger la bolsa de guisantes y la puso sobre la mano de la chica — Estaba rayada, ¿vale? En el instituto salí con un chico que me persiguió durante meses, y cuando me acosté con él, rompió conmigo.

— Son of a bitch — Chiara murmuró.

— Sí. Un hijo de puta en toda regla — Violeta la miró — Después de ver a todas las chicas que traías al piso... No sé, empecé a pensar que eras exactamente igual que él — sonrió levemente — No fue hasta que te vi en mi coche, después de acceder a esta locura, babeando-

— Yo no babeo.

Violeta la miró con una ceja elevada — Después de verte babeando en mi coche, tan... normal, pensé que igual me había equivocado al juzgarte tan pronto.

Chiara la miró, su mirada llena de algo que hacía que Violeta se sintiera vacía cuando no la tenía sobre ella. Sentir cómo la acariciaba con sus ojos hizo que Violeta se sintiera estúpida.

¿Cómo había podido estar tan ciega?

— Y de repente, todo lo malo que pensaba de ti se esfumó, y no volvió hasta lo de Denna.

— Lo siento por eso — Chiara dijo — Las rubias son mi debilidad.

Violeta apartó la bolsa de guisantes y la puso sobre la mejilla de la inglesa, quien se apartó al instante con un grito.

— No vuelvas a decir eso en tu puta vida — Violeta la amenazó.

Chiara se rio — ¿Celosa?

— ¿Me vas a dejar que me abra por completo o no?

— Ya te abriste bastante ayer — Chiara dijo.

— Vete a la mierda — las manos de Chiara se apresuraron a detener a Violeta cuando se intentó alejar.