-Yo iba a necesitar algo en la sala de estar-dije confusa-. ¿Qué era?

-Meg, ¿estás bien? ¿Dónde está Kyle?

Como sí mi CD hubiese comenzado a reproducir, abrí mis ojos de par en par.

-Ay, Dios mío-susurré lo suficiente como para que me escucharan.

-Meg, ¿qué pasa?

Dejé los helados en una mesa, y así cojeando y todo, me dispuse a correr para cerrar la distancia entre las escaleras y la sala de estar donde me encontraba.

-Chase...Chase, se...se llevaron a Kyle-dije toda temblorosa y rápidamente.

-¿Qué?-Se levantó con cautela-. Chloe, ¿qué estás diciendo? ¿Quién se lo llevó?

-Yo... Ay, Dios, no se sí me va esperar toda su vida. Se suponía que caminaríamos frente al mar de la mano-dije ida.

-Chloe, ¿de qué estás hablando? ¿Dónde te va a esperar? ¿Sabes dónde está?

Al ver que no respondía, comenzó a sacudir mis hombros.

Los padres de Chase también se levantaron con cautela para ver que estaba ocurriendo con su hijo.

-¡Chloe! ¡Reacciona! ¡¿Sabes dónde está? ¡¿Lo sabes?!

Yo asentí.

-No sé qué lugar es, pero sé como llegar.

-Meg-me tomó de las mejillas-. Escúchame bien, linda. Estás en shock. ¿Crees que podrías hacer un esfuerzo por mantenerte en la tierra para poder ir a buscarlo?

Asentí después de unos largos segundos.

-Ustedes, ya oyeron. Tenemos que ir por Kyle.-Habló para los cuatro.

-Espera, Chase, ¿cómo así? Tú no vas a ningún lado.-Habló por primera vez el padre, después de que llegué.

-Me importa un carajo lo que tu pienses. Es mi hermano. Y tú ya no tienes ningún derecho sobre mí. Así que mantén tu culo fuera de esto o no respondo-Escupió.

Si hubiera estado en mi sano juicio, estuviera sorprendida por como Chase se había puesto los pantalones.

-Vamos, Meg.-Me abrazó de lado.

-Espera.-Lo detuve.

Salí de sus brazos, y corriendo fui por los helados, para luego volver a él.

-Chase, necesitamos muchos, pero muchos hombres y armas y herramientas. Y también busca Inteligentes porque yo no soy muy buena que digamos-comenté.

-Sí, jamás dudaría de tu instinto, Meg. Bat, necesitamos refuerzos.

Él asintió y se fue por otro lado.

Nosotros nos dirigimos con Robin en una camioneta y tan rápido como se pudo, lo puso en marcha. Junto con todo esos hombres que nos seguían.

Era un ejército.

Sí, también era una exagerada.

Yo le guiaba a Robin por dónde teníamos que coger para dirigirnos a la casa esa donde estaba el grosero.

Sinceramente, estaba nerviosa. Ahora mismo el grosero podría estar decapitado, ejecutado y todas aquellas palabras que terminaban en ado.

Y todo gracias a mí.

-Debes parar aquí, Robin-dije.

-¿Por qué?-Preguntó, mientras bajaba la velocidad.

-La casa está cerca y podemos ser descubierto por el personal que hay allí. Están por todos lados.

GROSERO ©Where stories live. Discover now